Irvine Welsh: «Yo legalizaría todas las drogas»
Asombra al autor de 'Trainspotting' la recepción en la FeNaL
Como un turista británico buscando un campo de golf. Así apareció Irvine Welsh (Leith, Edimburgo, 1958) en la Plaza de Gallos de León. El escenario ideal para entrevistar a un autor con espolones. De riguroso Nike. Con cachucha, playera, short de cuadros, tenis y calcetines blancos. A simple vista parece que el punk, las drogas y la rebeldía quedaron atrás. Welsh ahora se cuida. Luce esbelto y con buen aspecto. Atrás queda la leyenda de uno de los yonquis de las letras. Aunque las lentes negras que ocultan su mirada invitan a pensar que la noche fue larga.
Hijo de una camarera y un estibador, el autor de ‘Trainspotting’ (1993) se curtió en Leith, el barrio portuario de Edimburgo. Su primera novela lo elevó a los altares con la inestimable colaboración de Danny Boyle, que convirtió su historia en una película de culto. Dejó los estudios por la heroína y formó parte de dos bandas punk. Pudo salir de las drogas, estudió Dirección de Empresas y luego se apuntó a un Máster. Fue entonces, en pleno ardor universitario, cuando escribió la famosa novela que lo convertiría en escritor a tiempo completo.
Desde entonces ha escrito siete libros de largo aliento y cuatro colecciones de cuentos, todas traducidas al español y publicadas por Anagrama. Así que preguntarle por un libro que escribió a los 35 años cuando está a punto de cumplir los 60 da un poco de angustia. Pero había que hacerlo.
«Trainspotting no es un libro sobre drogas o alcohol. Trata sobre ser joven y formar parte de una pandilla»
Pregunta.- La temática de Trainspotting recorre casi toda su obra. Drogas, excesos, música, alcohol. Pero más allá de las adicciones de los personajes, tengo la sensación de que el gran hilo conductor del libro es la amistad. ¿Es así o soy un lector equivocado?
Respuesta.- Es así. El libro en realidad no es acerca de las drogas o el trago o lo que sea, es acerca de ser joven y ser parte de una pandilla. No importa de qué clase: puede ser una banda de drogadictos, de hooligans o un grupo de rockeros. Siempre elegimos la mejor opción para nuestras vidas y yo creo que no hay excepción, incluso para alguien que tuvo problemas con las drogas y todo ese tipo de cosas, puede que haya sido una mala experiencia pero si miras hacia atrás, hacia esa época de tu vida, verás que no había nada diferente por hacer.
P.- Ya han pasado algunos años. Décadas para ser exactos. ¿Sigue siendo Irvine Welsh un rebelde?
R.- No, no puedes seguir siendo un rebelde cuando ya tienes una tarjeta para el autobús. Y yo ya tengo una. No puedes ser un anarquista con una tarjeta de viajero. En el mundo underground no crea que eso sea posible.
P.- Los críticos literarios siempre han visto en su trabajo una influencia clara de Bukowski o Burroughs. ¿Se considera un escritor maldito?
R.- No. Realmente no es algo de lo que haya estado pendiente. Quiero decir, yo he leído a estos dos escritores, pero en realidad no sabes si te influyen. Eso es algo genial de ser escritor, nunca sabes en realidad de dónde vienen las influencias. Es algo inconsciente, no tienes una lista de personas en tu mente para que te inspiren en lo que haces. En realidad, yo no me doy cuenta. Creo que estoy más influenciado por las cosas que no me gustan. Una canción que no me gustó, un libro que no me gustó o una película que no me gustó. Entonces pienso: ¡Dios, yo puedo hacer algo mejor que eso! Puedo tomar inspiración de ese tipo de cosas. En cambio, si algo me gusta pienso: eso es tan bueno que yo nunca lo podría hacer. Me siento intimidado.
«La independencia de Escocia es algo que debe pasar. No podemos soportar el imperialismo por más tiempo»
P.- Usted es muy escocés. Y escribe en el idioma de la calle. ¿Cree que algún día Escocia será independiente?
R.- Creo que es algo que debe pasar. Tenemos un viejo sistema imperialista, como Gran Bretaña, España y América. Casi cada estado del mundo se formó por el imperialismo. Es algo difícil de resolver. Pero realmente no podemos soportar eso por más tiempo. Hemos tenido 30 años de neoliberalismo y la riqueza mundial se ha ido solo al 1% de la población. No podemos seguir soportando eso. Tenemos que compartir un poco más, tenemos que crear estados que estén basados en democracias ciudadanas que sean más pequeñas, menos militarizadas, imperialistas y conquistadoras. Yo creo que la independencia de Escocia o la independencia de California es parte de todo este proceso. Es como si todo se estuviera rompiendo, se estuviera desmoronando. La tecnología ya no aguantará esto por mucho tiempo.
P.- Las drogas han marcado de alguna manera su vida y también su obra. En México llevamos años en una guerra sin cuartel contra el narcotráfico que ha provocado miles de muertos y desaparecidos. ¿Qué opina de su legalización?
R.- Yo legalizaría todas. La guerra contra las drogas nunca es contra las drogas, es una guerra contra la población, contra la juventud, contra los ciudadanos. Estas guerras matan también a personas que no usan drogas, aunque cada vez son menos las personas que no las usan. Vivimos en una sociedad ligada a las drogas. Están en todos lados. Las drogas han existido siempre. Todas las culturas las usan. Una parte de la vida humana es la celebración, una parte de la celebración es la fiesta y una parte de la fiesta es la intoxicación. Las drogas son parte de lo que somos, siempre han sido parte de la experiencia humana. Además, si las personas saben cómo tomarlas, dosis leves de droga no son dañinas. Hay que dejar que la gente haga lo que quiera, dejar que la gente asuma la responsabilidad de su propio comportamiento, golpearlos con educación, bombardearlos con educación e información, y dejar que hagan lo que quieran. Y de un golpe eliminar la criminalidad, eliminar toda esta respuesta militarizada. Todo un problema social fue creado por la prohibición de las drogas y se ha vuelto cada vez más difícil justificar la prohibición.
«El muro de Trump no es para mantener a la gente afuera, es para controlar a la gente que está adentro»
P.- ¿Cómo ve un escocés residente en Estados Unidos el tema del muro de Trump?
R.- Es algo sin sentido, cualquiera que quiera entrar desde México lo hará, tan simple como eso. Muros o no muros, túneles o no túneles, en camión o sin camión, es lo que la gente hace, se mueve, cambia de país. Un muro no es para mantener a la gente afuera, es para controlar a la gente que está adentro. Y cómo esparces el miedo y cómo lo manipulas, de eso es de lo que se trata. No es acerca de las personas de este lado del muro, es acerca de las personas en el otro lado: están temerosos por la desintegración de su economía y de su vida. Otra vez es un movimiento político, es un movimiento de ira y xenofobia.
P.- Volviendo a la literatura, todos sus personajes tienen varias capas. Su estructura es muy compleja. ¿Cómo los trabaja?
R.- Trato de ser muy dramático, estar siempre por encima del tope en términos de lo dramático, por eso siempre los tengo tomando drogas, porque usualmente tú haces todas esas cosas dramáticas cuando estás drogado. No lo haces cuando estás sobrio. Probablemente alguien puede hacer algo estúpido una vez cada seis meses, pero yo puedo hacer que lo hagan cada seis páginas en el libro. Y no se trata de exagerar, sino de potenciar los elementos dramáticos.
P.- Bruce Robertson, protagonista de ‘Escoria’, es quizá uno de sus personajes más viscerales y completos. ¿Volveremos a tener más de él?
R.- Todos están desesperados por leer más de Bruce Robertson. Eso es genial. Y sí, he pensado acerca de eso y puede aparecer una secuela donde Bruce Robertson realmente no muera. Las cosas donde él se estaba tratando de colgar se rompen y entonces se va a Canadá y se convierte en un guardia de seguridad en Toronto o algo así. Podría ser.
«Sobresalir ahora es muy difícil. Todos hacen cosas muy similares y no es su culpa. La cultura ha sido erradicada por los medios de masas»
P.- Sus libros están plagados de música. ¿Cuál es la banda sonora de estos tiempos?
R.- La música electrónica. Con ella puedes jugar con todo tipo de recursos, formas y géneros. Puedes mezclar todas las cosas y tienes diferentes capas de potencia. He conocido recientemente a prodigiosos y talentosos jóvenes en la música electrónica y el dance. Uno en específico fue un chico cubano que conocí en Miami. Hubiera sido una súper estrella hace 15 años, pero ahora pareciera que sus habilidades las tienen todos los de su generación. Sobresalir ahora es muy difícil, la gente dice que actualmente no hay grandes escritores o grandes músicos, yo no creo que eso sea cierto, creo que hay más, de hecho casi demasiados, pero todos hacen cosas muy similares y no es su culpa porque la cultura ha sido erradicada por los medios masivos.
P.- ¿Cuál es en su opinión la mejor banda de la historia?
R.- La mejor banda de toda la historia es Primal Scream
P.- Y en la actualidad…
R.- Young Fathers son la mejor banda en este momento por millones de millas de diferencia. Los escucho y pienso: ¿de dónde sacan todo eso? Ellos son tan originales, tan absolutos, tan asombrosos.
P.- Me hacen señas de que se nos acaba el tiempo. La última: ¿Qué se lleva de la Feria del Libro de León? ¿Cuáles han sido sus sensaciones?
R.- Es genial que todo el mundo se haya quedado a la firma del libro, a platicar y a tomarse una foto. Creo que debo de tener una selfie con todas las personas de León. Es grandioso cuando vienes de tan lejos, a un lugar diferente, a una cultura diferente. Es increíble recibir ese tipo de acogida cuando llegas a un país diferente. Realmente nunca pensé que mi trabajo atravesara todo el mundo y es genial que a la gente le importe lo suficiente para venir, para saludar, para tener su libro firmado, tomar fotos o platicar.
Entrevista y traducción: Jorge Flores Navarro y Francisco Urteaga