Vergüenza en la Libertadores
La Conmebol suspendió el partido de vuelta de la final después de que la afición de River atacara con piedras el autobús de Boca y provocara heridas a varios jugadores. El duelo del siglo se disputará este domingo en un ambiente de máxima tensión
Suspendido el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores por el violento ataque al autobús de Boca a su llegada al campo de River. Hubo también lanzamiento de gases lacrimógenos, además de diferentes altercados e incidentes en las afueras del estadio Monumental.
Todo comenzó después de que el autobús de Boca fuese atacado con piedras por la afición de los ‘millonarios’. El capitán Pablo Pérez tuvo que ser trasladado a un centro sanitario para ser atendido, de igual manera que Carlos Tévez, que tuvo que recibió cuidados médicos en el mismo estadio.
Boca Juniors pidió el aplazamiento del partido, sobre todo después de que la ambulancia que trasladó a Pablo Pérez a un hospital también fuese apedreada por los seguidores locales. La Conmebol rechazó en primer lugar, con la presencia en el estadio de Gianni Infantino, presidente de FIFA, pero finalmente decidió aceptar su aplazamiento.
Además, lo ocurrido en la llegada al estadio generó que un nutrido grupo de seguidores protagonizase diferentes incidentes fuera del campo que se han saldado con numerosas detenciones, según informan los medios argentinos. El partido se disputará este domingo a partir de las 17 horas (hora local). La Conmebol dejó la puerta abierta a cualquier modificación en función de los sucesos acontecidos este sábado en Buenos Aires.