Es una locura. Por Internet y Amazon venden narcoplayeras como si fuera una virtud ser criminal y matón. La web es una selva sin regulación. Una empresa está haciendo negocio con el culto a los narcos, promoviendo la violencia y la muerte sin que nadie pueda evitarlo.
Lo peor: hay quienes les compran sus narcoproductos. ¿No es esto promover los antivalores? No es acaso el mismo principio por el que fueron prohibidos los narcocorridos en la radio comercial en México.
Hay que poner un alto a la narcocultura. Esas playeras hacen culto a los criminales y los presentan como santos protectores de la maldad. Y no es que uno se espante, ni mucho menos, pero nada bueno puede resultar de promover como prototipos a personajes que matan a sus adversarios, violan todas las leyes y venden cocaína a los jóvenes para convertirlos en clientes adictos.
La narcomoda en plenitud. La promoción del mal a través de personajes que deberían ser repudiados pero que ahora tienen su propia serie en Netflix y que son presentados como modelos a seguir
De hecho una de las playeras más vendidas es la que utilizaba el jefe huachicolero ‘El Titi’. Mafioso caputado el fin de semana y uno de los principales criminales de ‘El Marro’. En su playera ‘El Titi’ llevaba las fotografías de Caro Quintero, ‘El Mayo’ Zambada, ‘El Chapo’ Guzmán, Amado Carrillo Fuentes y ‘El Mochomo’ como si fueran héroes. Esa narcoplayera cuesta entre 9 y 13 dólares, según donde la pidas.
La nueva marca NWA (Narcos With Attitude) está actuando sin responsabilidad ni compromiso social, solo guiada por el negocio y el comercio. La compañía vende playeras de ‘El Chapo’ Guzmán con el número 701 porque es el número que ocupa el narco en la lista de millonarios de la revista Forbes.
Qué tontería. Ahora resulta que los jóvenes quieren vestir una playera con el número 701 de ‘El Chapo’ porque lo admiran y lo veneran como hombre bueno, a un tipo que ha traficado toneladas de cocaína a Estados Unidos y que ha ordenado muchos asesinatos en su carrera. Hay otras playeras con los mismos capos con metralletas y armas de grueso calibre. Y también hay playeras con fotografías de capos estadounidenses y mexicanos.
La narcomoda en plenitud. La promoción del mal a través de personajes que deberían ser repudiados pero que ahora tienen su propia serie en Netflix y que son presentados como modelos a seguir.
¿Qué sigue? Le vamos a hacer una estatua al Mochaorejas o le vamos a poner el nombre de ‘El Chapo’ a una escuela primaria.
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