Un millón de especies en peligro de extinción
El informe de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES), avalado por la ONU y presentado este lunes en París, alerta de “un declive sin precedentes en la historia de la humanidad"
La amenaza es inmediata y global. La degradación de la naturaleza crece «a un ritmo sin precedentes en la historia de la humanidad» con un millón de especies en peligro de extinción y la probabilidad de que esta catástrofe cause graves impactos sobre la población.
Un millón de los ocho millones de especies animales y vegetales existentes están amenazadas de extinción y podrían desaparecer en solo décadas si no se toman medidas efectivas, urgentes y decisivas. Así de rotunda es la advertencia de un reciente informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), cuyo resumen fue aprobado en la séptima sesión plenaria celebrada la semana pasada en París.
«Podrían desaparecer en solo unas décadas si no se toman medidas efectivas, urgentes y decisivas», asegura el estudio, que alerta del irreversible impacto que esto tendría en la Tierra
Se trata del estudio de su género más completo jamás realizado. Y es el primer Informe intergubernamental basado en la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de 2005, que presenta formas innovadoras de evaluar la evidencia del desastre ecológico de la Tierra.
Recopilado por 145 autores expertos de 50 países en los últimos tres años, con aportes de otros 310 autores contribuyentes, el informe evalúa los cambios en las últimas cinco décadas, proporcionando un panorama completo de la relación entre las vías de desarrollo económico y su impacto en la naturaleza. También ofrece una gama de posibles escenarios para las próximas décadas.
Se trata, subraya el estudio, de un “declive sin precedentes” en la historia de la humanidad. Y el impacto no es solo medioambiental. También amenaza buena parte de los objetivos de desarrollo sostenible fijados por Naciones Unidas. Y, por supuesto, la economía. Maltratar a la naturaleza significa frenar la lucha contra la pobreza y el hambre. El tiempo apremia más que nunca, subrayan los expertos, que instan a actuar tanto a nivel global como local.