Un ‘exmarine’ mata a 12 personas en un bar de Los Ángeles
David Long, un veterano de guerra de 28 años que había padecido estrés postraumático, vació tres cargadores de su pistola Glock 21 calibre 35 antes de morir en un tiroteo con la policía. Entre las víctimas se encuentra el ayudante del sheriff
David Long, un ‘exmarine’ de 28 años, asesinó a 12 personas en la noche del miércoles en un bar de Los Ángeles (California) en el que se celebraba una fiesta universitaria. Vestido de negro, y tras lanzar una bomba de humo en el interior del local, el atacante disparó a sangre fría tres cargadores contra los jóvenes antes de morir en un tiroteo con la policía.
El suceso se produjo sobre las 11:20 de la noche (hora local) en el local ‘Borderline Bar&Grill’. Un establecimiento ubicado en el pueblo de Thousand Oaks, un suburbio de clase media al noroeste de Los Ángeles, a unos 60 kilómetros del centro de la ciudad. Entre los 13 muertos se encuentra el asesino, que falleció tras un enfrentamiento a tiros con la policía, y el ayudante del sheriff, que fue uno de los primeros agentes en acudir a la llamada de emergencia.
Long fue denunciado por conducta violenta por su propia familia pero los expertos que evaluaron su estado psicológico desestimaron cualquier tipo de intervención
Long era un veterano ‘exmarine’ víctima de estrés postraumático, según indicaron las autoridades, que desconocen por el momento el móvil de la matanza. El asesino había tenido ya tres enfrentamientos con la policía. El primero en un accidente de tráfico. Otro en una pelea en la que él aseguraba ser la víctima. Y la tercera ocasión fue una llamada de su familia a los servicios de emergencia para denunciar un ataque de furia de Long. Los especialistas de los servicios de salud evaluaron al sospechoso y concluyeron que no hacía falta ningún tipo de intervención. Ahora parece claro que erraron en su diagnóstico.
Antes de morir, Long disparó unas 30 veces. Varios testigos describieron al asesino como un hombre con la cara cubierta y metódico en la ejecución masiva de inocentes. Utilizó una pistola Glock 21, calibre 45, según la policía, que había comprado legalmente. El ataque dejó 13 muertos, incluido el asalatante, y una veintena de heridos. Unos por armas de fuego y otros por las contusiones que se produjeron en su intento de escapar del local, según informa el ‘El País’.