RELATOS DEL PODER

Servidores de la Nación, prepotentes e insensibles

Son un Ejército. Un Ejército de 18 mil hombres prepotentes y groseros, distribuidos por todo el país. Todos nos hemos topado con ellos. Los Servidores de la Nación ni son servidores, ni trabajan para la Nación. Son funcionarios del Gobierno Federal, con facultades especiales para repartir becas y dinero, para abrir y cerrar puertas y para tomar decisiones operativas, con línea directa de mando con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Hemos creado miles de monstruos.

Los Servidores de la Nación son empleados especiales que no rinden cuentas a nadie y que han adquirido poderes extraordinarios de un día para otro. Se distinguen por usar chalecos guindas iguales a los de Morena, lo que constituye una propaganda permanente de su partido con dinero público. Su actitud es incorrecta cuando se trata de atender a los ciudadanos. No resuelven nada. Y no tienen vocación de servicio. Están por encima de otros burócratas del Gobierno Federal y hasta los mandan. Se creen tocados por Dios y hacen lo que se les pega la gana.Son peores que los viejos empleados del IMSS y del Infonavit.

Los autodenominados Servidores de la Nación ni siquiera voltean a ver a los ojos a los ciudadanos. Toman decisiones y no dan explicaciones. Si te atreves a cuestionarlos o a reclamarles, estás perdido. No te hacen el trámite. Son vengativos. Tal vez por eso ya les dicen los Cadeneros de la Nación. Son como cadeneros de un antro. No escuchan. No entienden razones. No tienen criterio.

Hoy día están dejando fuera de las vacunas a miles de niños que cumplen 12 años entre mayo y junio, porque simplemente no entienden y son insensibles. Todos los niños que cumplen 12 años en junio, no pudieron vacunarse cuando se aplicó la vacuna de 12 años, debido a que les faltaban como 15 o 30 días para cumplir los 12. Pero los Cadeneros de la Nación no los quisieron vacunar.

Simplemente no los dejaron aplicarse la vacuna, aún cuando les faltaban unos días. Lo peor es que ahora que ya llegó la vacuna para los niños de 11 años, esos pequeños ya tienen 12. Pues resulta que los supuestos Servidores de la Nación no quieren aplicarles la vacuna porque ya tienen 12. Los padres de familias tratan de explicarles que está dejando fuera a miles de niños, pero ellos no comprenden nada. Son cuadrados y torpes. No hay poder humano que les haga entender que esos niños quedaron en el limbo por el retraso de la vacunas para menores por parte del Gobierno Federal.

Es inútil explicarles algo a estos cadeneros. Son funcionarios sin educación y sin criterio. La mayoría tiene estudios de secundaria o primaria. No tienen capacitación sobre atención al público y nunca habían trabajado en una institución. No fueron contratados por su capacidad o su vocación de servicio. Fueron contratados porque adoran al presidente Andrés Manuel López Obrador y porque están dispuestos a pelear, si es necesario, por él.

Su virtud es la lealtad. Y en realidad nadie sabe exactamente qué hacen. Son como operadores permanentes de campaña en barrios y colonias, y reparten dinero hasta en efectivo a los adultos mayores y a los ninis. Es un ejército de soldados insensibles, bien pagados, con poderes extralegales y privilegios, al servicio del Señor Presidente.

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Pablo César Carrillo

Periodista de estos tiempos.

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