San Luis de la Paz: capital mexicana del mate
Esta yerba seca, cortada, molida y de sabor amargo es 'casi casi' la bebida oficial de una zona que no es la suya
En esta barra hay una ‘Hora Feliz’ de 5 a 6 de la tarde. La esperada happy hour de nuestra bebida favorita. Todos los días al dos por uno. No importa que sea lunes o martes. Esta bebida es de todos los días. Y se sirve también a los más pequeños. Por solo un peso tendrán en las manos un pequeño vasito, un mate kids.
El mate es un regalo de la tradición gastronómica de los pueblos guaraníes. Se trata de un arbusto del género llex (los llamados acebos), que crece de manera natural en las cuencas de los ríos Paraná y Uruguay, sobre todo en las partes altas.
Al principio el mate se vendía en carritos, como el atole y los tamales. Luego tuvo su propio lugar: una ‘matería’. La locura
Pero el té de yerba mate enloqueció a este lugar que no está en el Cono Sur del continente, sino en el noreste de Guanajuato. No es Buenos Aires ni Montevideo. Es San Luis de la Paz. En la mismísima tierra del champurrado y el atole de cáscara de cacao, el mate se adueñó de las preferencias de los ludovicenses tanto como el atole de galleta o el de guayaba que ofrecen afuera de La Parroquia de San Luis Rey.
Al principio el té se vendía en carritos, como el atole y los tamales. Luego tuvo su propio lugar: una matería. La locura.
Contra todos los pronósticos, La Matería sobrevive desde hace seis años en el mismo rumbo en donde nacen y mueren tiendas, cafeterías y restaurantes. Y es que tomar mate es rico. En un clima típicamente frío como el del noreste del estado, cae muy bien una bebida caliente. Se consume tanto porque es sencillo. Hasta se sirve a domicilio si lo pides por whatsapp.
También se vende mate frío y hasta frapé. Se pueden encontrar varios carritos vendedores por las calles. Subiendo o bajando por Jiménez, en Rayón, Niños Héroes o cerca del jardín es muy fácil localizar a un vendedor. Por 10 pesos ya estás probando medio litro de la bebida favorita de Argentina y tal vez hablando con acento sudamericano, che.
Ken Patterson, un texano de 31 años que lo tomaba desde niño lo trajo a San Luis de la Paz en 2009 con la intención de hacer de su gusto un negocio
En 2009, Ken Patterson, un texano de 31 años que tomaba mate desde niño gracias a su tradición familiar arraigada en Latinoamérica, lo trajo a San Luis de la Paz con la intención de hacer de su gusto un negocio. Se encargó personalmente de atender su primer carrito de mate en la Plaza San Luisito. ‘Ken Matero’ fue su apodo desde entonces y cuenta que el primer día regaló más de doscientos vasos de mate por el Mercado Juárez y el Mercado Hidalgo. Pero al día siguiente, y al otro, nadie lo compraba. Así fue durante varios días. Persistente, siguió en el intento y un par de semanas después la historia cambió. En las calles se buscaba al gringo del mate para comprar un té. En un par de horas de trabajo vendía dos barriles: unos 60 litros.
El mate, tan argentino, uruguayo, chileno o brasileño, se adoptó y se adaptó. Pronto el negocio incluyó en su barra desde un mate moka, el mate frozen late, mate de sabores como limón, yerbabuena, naranja, jamaica y el indispensable sabor mexicano de chamoy con chile.
Como puede suponerse, ese fue el boom del mate en San Luis de la Paz, lo que dio origen a nuevas sucursales de La Matería. Hoy por hoy también en Dolores Hidalgo y en San José Iturbide, lugares vecinos, tienen una matería en donde puede probarse toda esa variedad.
Ahora se embotella, se etiqueta, se vende en sus distintas presentaciones y también a granel para prepararlo en casa. Esta yerba seca, cortada, molida y de sabor amargo por los taninos de sus hojas es casi casi la bebida oficial de una zona que es no es la suya, de una cultura que no es la suya; pero la población ya no puede vivir sin ella.