Ruptura en el futbol europeo
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) considera "ilegal" el veto de la UEFA y la FIFA a la organización de la Superliga
La Gran Sala del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha considerado este jueves ilegal el veto de la UEFA y la FIFA a la organización de la Superliga, al concluir que las normas que aplican estas dos asociaciones internacionales no están sujetas a ningún criterio que garantice su transparencia, proporcionalidad y objetividad.
El Alto Tribunal europeo, que responde así a una cuestión prejudicial remitida por el Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid, advierte además de que la FIFA y la UEFA están «abusando de su posición dominante» con su control exclusivo sobre la explotación comercial de los derechos derivados de las competiciones que organizan.
División en Europa
Real Madrid, Barcelona y Juventus son los principales impulsores con Florentino Pérez como cabeza visible de un nuevo torneo que ha dividido al futbol europeo. El Tribunal de Justicia no resuelve el litigio nacional, y es el tribunal nacional quien debe resolver el litigio de conformidad con la decisión del Tribunal de Justicia.
En su sentencia, el TJUE razona que las normas de la FIFA y la UEFA por las que se supedita a la autorización previa de estas dos asociaciones cualquier proyecto de nueva competición de fútbol de clubes y que, además, prohíben a clubes y jugadores participar so pena de sanciones «se oponen» al Derecho comunitario de competencia.
El fallo reconoce que el deporte presenta características «específicas», como que haya asociaciones con poder para fijar normas y sanciones, pero advierte de que la organización de campeonatos de fútbol de clubes y la explotación de los derechos de difusión «son claramente actividades económicas» y por tanto se les debe aplicar las reglas de competencia comunitarias y las libertades de circulación.
En todo caso, la corte europea avisa de que pese a todas estas consideraciones una competición como la del proyecto de la Superliga «no debe ser necesariamente autorizada» y aclara que no se pronuncia sobre el proyecto específico porque las cuestiones prejudiciales que se le plantearon fueron de carácter general acerca de las normas de la FIFA y de la UEFA.