Regresa ‘La Judea’ a las calles de Purísima
Esta tradición guanajuatense cumple 149 años y volverá celebrarse de manera presencial tras 2 años de pandemia
Las máscaras de Judas Iscariote, las túnicas de colores y los chicotazos volvieron a las calles de Purísima del Rincón para celebrar ‘La Judea’, una tradición única en México que se lleva a cabo en Semana Santa.
Esta celebración cumple 149 años de tradición y volverá a ser presencial, del 13 al 15 de abril en el Jardín Principal de Purísima del Rincón, a pocos metros del Museo Hermenegildo Bustos. Participarán cerca de 550 actores.
¿Qué es ‘La Judea’?
“La Judea”, una representación teatral que busca darle un enfoque satírico al tradicional Viacrucis. Esta tradición fue heredada por Hermenegildo Bustos, un célebre artista popular originario del municipio de Purísima del Rincón.
Quienes participan usan máscaras de madera y túnicas elaboradas por los mismos artesanos de la zona para representar de forma sarcástica el pueblo judío, en especial a la turba que aprehendió y dio muerte a Jesús.
El protagonista de esta tradición es el traidor más odiado y repudiado de la religión católica: Judas Iscariote, aquel discípulo que vendió a su maestro por unas monedas de oro.
Durante los días santos, los habitantes de Purísima salen con las máscaras representativas: Judas, el Ranchero, la Oriental, Malco, el Tiempo, el Diablo Mayor, el Diablo Menor y otros personajes. Las distintivas máscaras de madera que se utilizan para este evento son diseños de Hermenegildo Bustos, son altamente llamativos que hasta la fecha han conservado su fisonomía.
Es una representación paralela al Via Crucis, pero con un tono burlón, que desemboca con el deseado final funesto de Judas Iscariote.
Aunque es una escenificación y se utilizan varios trucos para que los actores salgan lo menos lastimados posibles, de cualquier modo, la acción física es muy real, de tal forma que, tras los golpes y caídas, de vez en cuando termina algún actor con sangre en la vestimenta.
Esta tradición comienza el Miércoles Santo, cuando es la primera salida de la Judea. Antes de la pandemia, alrededor de 300 participantes se volcaban a la calle con sus máscaras hechas de árbol de colorín, coloreando el espacio público con sus túnicas y turbantes. En esta procesión y hasta el prendimiento de Jesús, Judas Iscariote porta una máscara blanca, que al día siguiente será negra, figurando una hinchazón provocado por golpes: una desfiguración simbólica como castigo por haber vendido al hijo de Dios.
El Viernes Santo por la mañana está dedicado a la representación de la sentencia, viacrucis y crucifixión de Jesús; para posteriormente, hacia las 3 de la tarde, llegue el momento culminante de la Judea: la persecución final de Judas, que termina con su ahorcamiento en el jardín principal de Purísima, a pocos metros del Museo Hermenegildo Bustos.
Cuando todo termina, bajan a Judas de la horca y se va al infierno, pero no sólo él, sino todos los que participaron en la muerte de Jesús. Músicos de la localidad comienzan a entonar melodías con trompetas y tambores, además de que se muestra el arrepentimiento y el delirio del protagonista de la Judea.