Quitar a los 69 delegados será un caos administrativo
Se viene una gran bronca para operar las 69 delegaciones de Guanajuato sin tener a los 69 delegados, como pretende hacer el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. De entrada, nadie sabe dónde están esas 69 delegaciones. Todas dependen de estructuras administrativas distintas. Las 69 reportan en lugares diferentes en la Ciudad de México. Y nadie sabe dónde están, cuántos empleados tienen y cuántos recursos gastan por año.
La estructura de las delegaciones es un enredo administrativo que nadie conoce porque se manejan con normas distintas, criterios diferentes y procedimientos complejos. Por lo mismo, lo indicado es tener a un delegado por oficina. Esa estructura administrativa es natural y casi obligada, aunque no haya dado resultados.
A ver cómo le hacen en Morena para modificar el esquema desordenado. Por lo pronto, ya faltan 23 días para el inicio del nuevo Gobierno y no hay un plan para desaparecer las 69 delegaciones federales que se supone van a ser eliminadas.
Ya faltan 23 días para el inicio del nuevo Gobierno y no hay un plan para desaparecer las 69 delegaciones federales que se supone van a ser eliminadas
¿Qué van a hacer el primero de diciembre?¿Despedir a los 69 delegados y dejar las oficinas sin jefes? ¿Cancelar los contratados de renta de casi todas las oficinas federales que están en edificios que no son propios? ¿Dar órdenes a miles de trabajadores que están en las delegaciones federales, sin que tengan a un jefe inmediato que los dirija y supervise?
¿Cómo van a coordinar todas esas oficinas regadas por todo el estado, con recursos y nóminas en distintas oficinas?¿Cómo le hará el superdelegado Mauricio Hernández para saber lo que ocurre en el IMSS, en el ISSSTE, en el SAT, en Sedatu?
Jurídicamente va a ser muy complicado operar esas 69 oficinas sin los delegados. Todas las leyes y reglamentos establecen la figura del delegado. Tienen que hacer reformas para cambiar los organigramas y los esquemas administrativos.
No entiendo cómo podría funcionar el IMSS sin un delegado. ¿Quién va a tomar las decisiones? ¿Quién supervisará que las clínicas den buen servicio a los derechos habientes? Un solo superdelegado no va a tener tiempo de controlar absolutamente nada. Todo se le va a escapar. Todo se le va a salir de control.
La propuesta de eliminar las delegaciones federales es imposible de concretar, así como está planteada. Las delegaciones sí requieren un nuevo esquema de trabajo, pero la solución no es eliminarlas y reemplazarlas por un solo delegado con súper poderes.
Un problema mayor está en puerta. Así como está la propuesta se ve venir una catástrofe administrativa.
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