Putin en el frente
El presidente de Rusia visitó por sorpresa este martes a sus tropas en las regiones de Jersón y Lugansk
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, visitó por sorpresa este martes las regiones de Jersón y Lugansk, en el este de Ucrania y actualmente ocupadas por Rusia, para hablar con sus líderes militares y conocer el estado de la ofensiva.
El Kremlin ha señalado en un comunicado publicado en su página web que Putin ha visitado la sede del grupo de tropas ‘Dnipró’ en Jersón y la sede de la Guardia Nacional Vostok en la República Popular de Lugansk.
Putin se ha dirigido a los comandantes para asegurar que no quería «distraerlos de sus obligaciones directas», si bien ha incidido en que «es importante que oiga vuestra opinión sobre cómo se está desarrollando la situación, escucharos e intercambiar información», según ha informado la agencia rusa de noticias TASS.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha asegurado que estos desplazamientos no fueron preparados de antemano. Y ha explicado que el presidente Putin ha viajado sin la compañía del ministro de Defensa, Sergei Shoigu, ni el jefe del Estado Mayor de Defensa, Valeri Gerasimov, pues «no es aconsejable» que la principal cúpula militar se concentre en un mismo punto.
«No es aconsejable que el Comandante Jefe Supremo, el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor se reúnan en un solo lugar y darle tal tentación al enemigo. Por supuesto, este sería un gran riesgo«, ha manifestado el portavoz del Kremlin, según recoge la agencia de noticias TASS.
Es la primera visita de Putin a Jersón o Lugansk después de que en marzo visitase también por sorpresa la ciudad de Mariúpol y la península de Crimea. Donetsk y Lugansk son el epicentro de un conflicto desde 2014, que se extendió a nivel nacional tras la orden de Putin de lanzar una ofensiva militar contra Ucrania.
Putin anunció en septiembre la anexión de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, todas ellas ocupadas parcialmente en el marco de la invasión, una decisión respaldada a principios de octubre por el Parlamento ruso. El anunció llegó tras una serie de referendos criticados por la comunidad internacional por su falta de garantías.