El viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el nuevo tratado de libre comercio con Enrique Peña Nieto en Argentina. Y el sábado no vino con Andrés Manuel López Obrador. La duda es: ¿Por qué no vino a la toma de posesión en México? Acaso estaba muy ocupado en la Cumbre del G-20 en Argentina. O acaso no quiso venir.
Ciertamente la cumbre del G-20 es un buen pretexto para no venir. Pero si hubiera querido habría hecho hasta lo imposible por estar aquí.
Ahora bien, ¿por qué Donald Trump firma el acuerdo comercial más importante para la región en 20 años el último día de Enrique Peña Nieto? ¿Por qué no lo firmó el sábado o el lunes con AMLO? ¿Y por qué firmó con el presidente que ya se va y no con el presidente que va llegando? ¿De qué sirve firmar el tratado con un Presidente que no estará obligado a cumplirlo como Peña Nieto?
Ojalá que no haya sido por diferencias de fondo, porque eso significaría un mal comienzo para la relación de Andrés Manuel López Obrador con el presidente de Estados Unidos
En realidad, nadie lo sabe. ¿Pero entonces por qué no vino? Acaso tuvo que ver con que sí vino Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela. ¿Si hubiera tenido tiempo, Donald Trump habría venido a convivir con Nicolás Maduro?
Hay que recordar que una invitación a un mandatario de cualquier país implica un gran trabajo diplomático previo al evento. La visita o no de un Presidente es el resultado de una adecuada relación diplomática entre los dos países. Justo en un momento como este fue cuando Vicente Fox Quesada le habló a Fidel Castro y le dijo: “Comes y te vas”, porque era incómodo para el gobierno de México en su relación con Estados Unidos.
¿Entonces por qué no vino Trump? Una posibilidad es que el Presidente de Estados Unidos haya decidido evitar a los mexicanos ya que podían abuchearlo. Una presentación en público de Trump en México podría provocar una rechifla general, tal y como ocurrió con Nicolás Maduro. Pero el mismo Maduro vino, aún cuando sabía que los diputados del PAN lo rechazarían.
De cualquier forma, la ausencia de Trump es desconcertante. Ojalá que no haya sido por diferencias de fondo, porque eso significaría un mal comienzo para la relación López Obrador-Donald Trump. Afortunadamente, el Presidente de Estados Unidos envió en su representación a su hija Ivanka Trump, lo que podría ser una señal de buena voluntad.
Que así sea.
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