El proceso está lleno de errores. La planta de Tesla en Monterrey se cayó porque nunca debieron haberla anunciado, sin tenerla totalmente amarrada. El gobernador de Nuevo León, Samuel García, se aceleró para presumirla y la planta ya se cayó.
Aquí anticipábamos que podía caerse. La experiencia dice que no es bueno anunciar inversiones antes de tener la carta intención y ver la primera piedra. Nuevo León se apresuró y está pagando el error.
En Guanajuato hemos aprendido eso durante años. Antes de llegar a Apaseo, la planta de Toyota se cayó tres veces. Primero iba a venir en el 2008 y se cayó por el tsunami de Japón. Después iba a venir en 2010 y se cayó por la crisis financiera internacional. Más tarde, ya estaba otra vez la carta intención y Toyota canceló porque sus prioridades cambiaron en la planta central.
En todo ese tiempo, el Gobierno de Guanajuato nunca presumió nada, ni lo anunció. La negociación fue en secreto. De hecho había acuerdos de confidencialidad. Desde el año 2002 había pláticas con Toyota y hasta el 6 de febrero del 2020 fue inaugurada la planta de manera oficial.
Toyota finalmente llegó a Guanajuato y ahora fabrica 113 mil vehículos por año, entre ellos la camioneta Tacoma.
Así han sido las negociaciones en Guanjuato. Con discreción y prudencia. Sin apresurarse. Sin acelerarse. Con pasos firmes, con tranquilidad, así Guanajuato ha logrado atraer también la planta de Mazda en Salamanca y la planta Honda en Celaya.
De hecho el terreno de Celaya se compró para Toyota, pero se cayó la inversión en el 2010 y se ofreció de inmediato a Honda, amarrándose la inversión.
La atracción de inversiones es su trabajo arduo y complicado. Si el Gobierno comete errores, todo se puede venir abajo. Si se rompen los acuerdos de confidencialidad, se caen las inversiones. Si se crea una expectativa alta en la región, se encarece todo.
Así que las negociaciones deben cuidarse al extremo. Guanajuato ha conseguido la inversión de más de 200 empresas de Japón, con esa estrategia. Samuel García, en cambio, ha hecho todo lo que no se debe hacer. Y ahí está el resultado: no hay planta. No hay Tesla.