«No, amor, la vida no es fácil, más es cabronamente hermosa. Tú tienes un corazón muy determinado, una inteligencia aguda y un espíritu generoso. Estoy tan llena de ti, tan orgullosa de ti, de verte valiente construyendo una identidad amorosa, alegre, fuerte y comprometida. Constanza, mi Constanza, mi niña, mi ternura, mi cielo, mi corazón, mi todo y sin embargo eres tuya».
Esta es solo una parte del hermoso mensaje que Edith González le dejó a su niña antes de entrar al hospital en sus redes sociales. Una hija que llegó para cambiarle la vida a los 40 años cuando ya pensaba que nunca sería madre. Comunicarle su cáncer a Constanza un día antes de la operación fue sin duda uno de los momentos más duros para la actriz.
«Cuando le dije que tenía cáncer, durante tres semanas se durmió a los pies de mi cama y no abandonó a su mamá», afirmó la actriz en una entrevista
«Le hago un reconocimiento muy grande a mi pequeñita Constanza. Ha sido una niña que cuando se le dijo que tenía cáncer, durante tres semanas se durmió a los pies de mi cama y no abandonó a su mamá. Es la cereza del pastel de mi vida», dijo la actriz en una entrevista antes de morir.
Según la artista, fue un fuerte dolor en la espalda baja el que provocó que visitará al médico. Nunca imaginó que le darían tan terrible noticia: estaba invadida de cáncer.