“Mi primer eclipse fue de niña”

Doña Margarita toma los lentes y voltea al cielo, disfrutando. “Mi primer eclipse fue de niña”, platica afuera del templo Expiatorio.

Este lunes Margarita salió de su casa con su hija a dar un paseo por el centro de León y contemplar un eclipse por quinta o sexta vez en su vida. Solo cinco o seis veces se puede ver un eclipse en la vida. Doña Margarita, de 84 años, no recuerda cuántos ha visto.

Ella no recuerda con exactitud las fechas, pero vio un eclipse en los años setenta, otro en los ochenta y el del 11 de julio de 1991 cuando todo México se oscureció. Doña Margarita también vio el eclipse del 25 de diciembre del 2000. El del 21 de agosto del 2017 y el del 14 de octubre del 2023. “Todos los he visto. Estaba niña cuando vi el primero en mi casa”, platica con sus lentes en la mano.

La gente sintió efectos extraños en el cuerpo durante el eclipse. A algunas personas se les bajó un poco la presión y sintieron mareos, según explicaron los jóvenes de la organización Particlez Cultura Científica, instalados afuera del templo Expiatorio, en el centro de la ciudad de León.

A la joven alemana Anke Wiethoff se le dilataron las pupilas y sus ojos verdes lo hacían más evidente. Ella estaba afuera del Templo Expiatorio, viendo el eclipe de sol, cuando se oscureció y le crecieron las pupilas como si fuera de noche.

“La intensidad de la luz se ha reducido”, explicó Nadia Perea, una chica que hablaba a través de un megáfono. “Lo que está pasando es que nuestras pupilas se están dilatando para adaptarse a la cantidad de luz que estamos recibiendo. Esta dilatación de nuestras pupilas puede provocar que la radiación infrarroja y ultravioleta, que sigue existiendo, nos llegue a los ojos de manera dañina. Y nos pueda lastimar. Así que por favor no observen el eclipse si no es a través de los visores”.

Anke Wiethoff observaba el fenómeno con un lente especial. Ella es una joven de Alemania que viaja por el mundo y que por suerte le tocó el eclipse en León. Ella se irá de México en 15 días pero siempre recordará el sitio donde vivió el eclipse del 8 de abril del año 2024. Ella se quedó asombrada. “Es nice”, dijo Anke.

En León la oscuridad fue del 86 por ciento. Como si fueran las 6 o 7 de la tarde.

Miles de personas salieron a las calles a observar el fenómeno. Una señora contempló el sol mediante una cámara oscura que su hija construyó con una caja de cartón de una cafetera. Ella le hizo un orificio en un lado y un hoyo a un costado, como si fuera una cámara fotográfica, y el eclipse se veía muy claro y curioso. Otra jovencita contempló el fenómeno con una hoja de papel blanco con tres orificios, por lo que pudo ver el eclipse reflejado en el suelo con una definición perfecta y hermosa.