Los que vivimos el 6-0 de Argentina 78, apenas ayer sanamos. Aquella dolorosa derrota que nos marcó la infancia nos tenía lastimados desde entonces y cuando jugábamos contra Alemania sentíamos una sensación de derrota anticipada.
Yo recuerdo muy bien aquel día del 78.
Los profesores de primaria nos invitaron a ver el juego. Y el resultado fue una catástrofe. Tres goles en el primer tiempo. Tres goles en el segundo tiempo. Después vinieron una serie de derrotas aplastantes con Alemania. Ellos nos descalificaron del Mundial de México 86. Ellos nos descalificaron de Francia 98. Ellos nos metieron cuatro goles el año pasado en la Copa Confederaciones.
Por eso es tan importante hoy la victoria contra Alemania.
Por eso México disfruta más que nunca este resultado.
No solo es cuestión de la competencia deportiva. No. Es un asunto de orgullo nacional. En el futbol se juega el prestigio de una nación
Porque este triunfo constituye un trauma superado como nación futbolera. Porque no solo es cuestión de la competencia deportiva. No. Es un asunto de orgullo nacional. Nos guste o no, el futbol es el único momento en que vivimos y sentimos el ser mexicano. A través del futbol se fortalece el nacionalismo y se fomenta el orgullo de ser de esta patria. Los partidos de futbol terminan siendo una especie de guerras modernas, en donde está en juego el honor de la patria. En un partido de futbol se juega el prestigio de una nación más que en cualquier otra actividad.
La competencia del mundo se da a través de un juego de pelota. Y es que en realidad no hay muchas formas de competir y medirse con otras naciones. Desde luego que nos medimos a través de la economía, del desarrollo y el producto interno bruto, pero nunca competimos con nadie para ver qué país es mejor. En realidad nunca hay competencia de economía o de índice de Desarrollo Humano. No. La comparación entre un país y otro se da de manera popular a través del deporte.
Ojalá que el próximo primero de julio los mexicanos elijamos a los hombres y mujeres que nos llevarán al primer mundo
Y ningún otro deporte aglutina a todo el planeta, ni el basquetbol, ni el béisbol, ni el futbol americano. Solo el futbol tiene ese gran poder de convocar al mundo en torno a un evento deportivo que dura un mes: el Mundial. Y por lo mismo, es ahí en donde se alimenta el nacionalismo y el orgullo de ser de un país.
Por lo mismo, nos alegra tanto el triunfo contra Alemania. El resultado y el partido en realidad no representan nada. Esos tres puntos no significan ningún éxito para México, ni en realidad ganamos un carajo.
Pero ese pequeño gran triunfo fortalece la unidad nacional y resalta el nacionalismo de un país lastimado por sus problemas y urgido de héroes de carne y hueso. Ojalá que el próximo primero de julio los mexicanos elijamos a los hombres y mujeres que nos llevarán al primer mundo, ojalá que los mexicanos elijamos al mejor Presidente de México, al mejor Gobernador de Guanajuato y al mejor Alcalde de León que nos permitan superar nuestras limitaciones y competir contra Alemania y las grandes potencias del mundo.
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