México: cuando el miedo derrota a la información
De 2000 a 2015 un total de 103 periodistas fueron asesinados en la República. Tamaulipas, Veracruz, Guerrero, Chihuahua y Oaxaca son los estados considerados como 'zonas silenciadas'
El silencio informativo se instaló en el estado mexicano de Tamaulipas en 2006, cuando el diario ‘El Mañana’ fue atacado con armas y explosivos, un atentado descrito por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como el primer ataque armado y con explosivos contra instalaciones de un medio de comunicación en tiempos de la ‘guerra contra el narcotráfico. No sería el último.
En esta ‘zona silenciada’, en la que también se incluye parte del estado de Veracruz, la prensa evita investigar y publicar temas relacionados con actividades criminales. El miedo ha vencido al derecho a la información.
La impunidad campa a sus anchas. Menos de un 1 por ciento de los casos de agresiones a periodistas han sido resueltos
Mediante extorsiones, amenazas, ataques, secuestros e incluso asesinatos, los periodistas de esta zona de México han dejado de informar sobre temas como el narcotráfico, la prostitución, el contrabando, la corrupción o la vinculación de empresas con estructuras criminales. El mensaje es claro: si hablas de más, atente a las consecuencias. Fue el caso del periodista Hector González Antonio, quien investigaba informes relacionados con actividades de bandas criminales en este estado cuando fue asesinado.
Los datos avalan la situación en la que se encuentra el país. Según cifras de la CIDH, entre 2000 y 2015 fueron asesinados 103 periodistas en México, considerado «el país más peligroso para ejercer el periodismo» en América. Sobre todo en los estados de Tamaulipas, Veracruz, Guerrero, Chihuahua y Oaxaca.
De 2000 al 31 de enero de 2016, casi seis de cada diez homicidios de periodistas en el país ocurrieron en estos cinco estados. La situación de la prensa en estas ‘zonas silenciadas’ no es solo preocupante por la imposibilidad del Estado de garantizar la seguridad de sus periodistas, ni por la vulneración del derecho a la información de los mexicanos, sino por la impunidad que impera en el país. Menos de un 1 por ciento de los casos de agresiones a periodistas han sido resueltos.
El cuarto poder, encargado de mantener una ciudadanía informada y crítica, ha sido obligado por la fuerza a abandonar su función en cierta zonas del país, un abandono que repercute en la calidad democrática, la salud social y la justicia de los estados que han sido condenados al silencio.