McLaughlin: hija del viento
La atleta estadounidense de 22 años pulveriza su propio récord mundial de los 400 vallas con una marca de ensueño (50.68) en la final del Mundial de Atletismo que se disputa en Eugene (Oregón)
Sencillamente espectacular. La nueva diva del atletismo voló en la pista de Eugene (Oregón). La estadounidense Sydney McLaughlin logró el oro en los 400 metros vallas en el Mundial de Atletismo con un estratosférico récord mundial (50.68).
McLaughlin, de 22 años, superó su mejor marca personal y antiguo récord mundial por 73 centésimas, para completar la mayor exhibición de todo el Mundial. La estadounidense fue de las más rápidas en la salida y se puso por delante de Dalilah Muhammad. Su avance fue contundente y llegó a la meta con una amplia ventaja sobre la neerlandesa Femke Bol.
McLaughlin no defraudó cruzando la línea de meta en 50.68. La plata fue para Bol con 52.27 y la también estadounidense Dalilah Muhammad se colgó finalmente el bronce con 53.13.
«Es irreal. El tiempo es absolutamente increíble y el deporte se está volviendo cada vez más rápido. Solo descubro qué barreras se pueden romper», señaló la campeona mundial tras la prueba. «Era absolutamente irreal tener a mi familia en las gradas. Después de Tokio y no tener a nadie, esto fue como una redención», confesó la atleta.
Por su parte, el velocista estadounidense Michael Norman ganó la medalla de oro en los 400 metros, tras imponerse en una carrera apretada al granadense Kirani James, con un tiempo de 44.29. El joven atleta, de 24 años, llenó así el único hueco en su currículum con esta victoria mundial.
James, campeón del mundo hace 11 años, se llevó la plata (44.48), después de dominar gran parte de la prueba, aunque sin aguantar el ritmo de Norman, campeón olímpico en Tokio en el relevo 4×400. El británico Matthew Hudson-Smith fue bronce (44.66).