Matan a tiros al fiscal de Justicia Indígena de Chiapas
Gregorio Pérez fue asesinado cuando se detuvo en un semáforo de una céntrica calle de San Cristobal de las Casas. El crimen está vinculado con el reciente episodio de violencia en Pantelhó
El fiscal de Justicia Indígena de Chiapas, Gregorio Pérez Gómez, fue asesinado a tiros en la noche del martes. El crimen estaría vinculado con el reciente episodio de violencia en Pantelhó, en el que un grupo de autodefensas atentó contra la cabecera municipal.
«Lamentablemente asesinaron a un procurador, a un defensor de los derechos indígenas. Ya se iniciaron las investigaciones y parece que está vinculado con lo de Pantelhó, no podemos decir más, se está haciendo la investigación y vamos a seguir actuando», ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador en rueda de prensa.
Gómez fue asesinado por dos hombres que viajaban en moto cuando se detuvo el martes por la noche con el vehículo en el que viajaba en un semáforo de una céntrica calle de la ciudad de San Cristobal de las Casas, la capital de la región de Los Altos, en el estado de Chiapas.
A pesar de que el crimen cometido contra Gómez ha empeorado aún más la situación que se vive en la región, López Obrador confía en una pronta solución, «buscando que no haya impunidad, no se proteja a nadie y se pueda hacer justicia».
A Gómez se le había encargado la investigación de unos episodios violentos que se produjeron a finales de julio en Pantelhó, cuando un grupo de autodefensas conocido como ‘El Machete’ se rebeló contra las autoridades municipales a las que acusaban de connivencia con el crimen organizado y los cárteles de la droga.
Unas 200 personas participaron en una serie de actos vandálicos, incluidos quema de autos y el secuestro de una veintena de personas en Pantelhó, una localidad montañosa, cercana a la frontera con Guatemala y de población mayoritariamente indígena. Gómez había participado ya en las mesas de diálogo con este grupo de autodefensas y las autoridades estatales y federales.
En el último año ha resurgido un repunte de autodefensas, especialmente en el sur de México, en regiones siempre convulsas como Michoacán, Guerrero o Chiapas, formadas por grupos de empresarios, ganaderos y agricultores que han optado por armarse para protegerse del crimen organizado ante la nula presencia del Estado.