Márquez topa con la Iglesia
El obispo de Celaya critica al Gobernador por la inseguridad
El Gobernador de Guanajuato se ha encontrado con un enemigo en casa. Nadie duda de que el PAN y Márquez, que hace gala de su paso por el Seminario en sus apariciones públicas, mantienen una excelente relación con los jerarcas eclesiásticos. Al menos, hasta ahora. Porque Benjamín Castillo, obispo de Celaya, le acaba de dar un público tirón de orejas que no ha debido sentar nada bien en la dirección del partido en plena precampaña.
En concreto, el obispo reprochó al gobernador que decidiera «colgar los guantes» tras su famosa y lacónica declaración de intenciones respecto a la inseguridad: «Yo ya hice lo que me ha tocado». La cosa no iría a mayores si no nos encontráramos a las puertas de una de las campañas más tensas y abiertas de la historia reciente de México. Para Castillo, las autoridades están fallando en la manera de afrontar el problema y hace una velada acusación de «tolerancia» a las instituciones públicas.
Un lío que llega en un mal momento político y que no hace sino confirmar la sensación que hay en la calle avalada por las estadísticas: la inseguridad en el Estado se ha disparado. Castillo insistió además en no comprender la falta de acción de las fuerzas del orden en los sitios donde están los delincuentes. «Porque si la gente lo sabe resulta increíble que las autoridades lo desconozcan», concluyó.
Hay que recordar que el Gobernador panista consagró en 2017 al Sagrado Corazón de Jesús «todo lo que tenemos en el estado” durante la ceremonia religiosa de los 100 años de la aparición de la Virgen de Fátima.