Los muertos de Odebrecht

Con el suicidio del expresidente peruano Alan García (1980-1985 y 2006-2011), ya son cinco las personas vinculadas a la trama internacional de sobornos de Odebrecht que se quitaron la vida o murieron en circunstancias no aclaradas.

La constructora brasileña y su filial petroquímica Braskem admitieron el 21 de diciembre de 2016 el pago de más de mil millones de dólares en sobornos a funcionarios y representantes de partidos políticos de doce países; diez de ellos latinoamericanos.

La primera víctima mortal del caso fue el magistrado brasileño Teori Zavascki. Tenía 68 años cuando en enero de 2017, el helicóptero en el que viajaba se desplomó en el océano

Esta compleja red de corrupción a gran escala fue descubierta en la ‘Operación Lava Jato’ del grupo operativo de la Fiscalía brasileña que investiga desde hace años la trama de Petrobras. Los sobornos involucran a Brasil, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú y Venezuela, además de Angola y Mozambique.

La primera víctima mortal del ‘caso Odebrecht’ fue
el magistrado brasileño Teori Zavascki. Tenía 68 años cuando el 19 de enero de 2017, el helicóptero en el que viajaba junto a otras tres personas se desplomó en el océano, cerca de la localidad de Paraty, en el sudeste de Brasil, causando la muerte de los cuatro.

Zavascki era el encargado de supervisar las investigaciones que realizaba la justicia de su país ante el caso de corrupción de la estatal Petrobras. Y tenía que decidir si reconocía como evidencia los testimonios de unos 80 ejecutivos de Odebrecht. Después de dos años de investigación, la fiscalía archivó el caso el pasado mes de enero asegurando que no había indicios de homicidio y que se trató de «un accidente causado por la fuerte lluvia que caía en Paraty cuando la aeronave intentaba aterrizar».

El 8 de noviembre de 2018, el testigo clave Jorge Enrique Pizano, exsupervisor de la concesión Ruta del Sol II, murió de un infarto. Y se convertía en la segunda muerte relacionada con el caso. Pizano, quien había sido diagnosticado con un cáncer linfático, «se desmayó  en su hogar en Bogotá y murió camino al hospital».

La cuarta muerte extraña fue la de Rafael Merchán. El exsecretario de Transparencia de Colombia y testigo en el caso de sobornos, se suicidó en 2018 en su departamento de Bogotá

Una noticia que quedó alejada de las teorías de la conspiración por el mal estado de salud de Pizano hasta que tres días después su hijo Alejandro Pizano, que había regresado de España para asistir al funeral de su padre, bebió agua de una botella que estaba en el escritorio de su progenitor y falleció «por envenenamiento con cianuro».

Por orden cronológico, la cuarta muerte extraña relacionada con la constructora Odebrecht fue la de Rafael Merchán. En diciembre de 2018, el exsecretario de transparencia de la Presidencia de Colombia y excónsul de este país en Londres, quien declararía como testigo en el caso de sobornos, se suicidó en su apartamento en Bogotá.

Y este miércoles llegó la quinta. El expresidente peruano Alan García se suicidó de un tiro en la cabeza. El equipo fiscal que investigaba en Perú las derivaciones de la operación ‘Lava Jato’ había ordenado la detención preventiva de Alan García por presuntos pagos irregulares en la construcción del Metro de Lima y por supuestos aportes de la constructora a su campaña para las elecciones de 2006.

La muerte de Alan García se suma así a las de otras cuatro personas (tres en Colombia y una en Brasil), casi todas figuras clave de las investigaciones que se desarrollan en sus respectivos países sobre el esquema de corrupción de Odebrecht.