Las memorias de Bosé
El cantante presenta el libro 'El hijo del Capitán Trueno' en el que desgrana la tormentosa relación con su padre Luis Miguel Dominguín y su amistad con Pablo Picasso
Miguel Bosé ha presentado sus memorias: ‘El hijo del Capitán Trueno’ (Espasa). Y reconoce que le habría gustado ser conocido en el mundo entero, «como Julio Iglesias», aunque se da por satisfecho con la fama alcanzada a lo largo de su carrera.
«Es verdad que soy muy conocido en América y algunos países de Europa, pero después se acabó: me paseo por Asia y soy un blanco más», resaltó Bosé .
‘El hijo del Capitán Trueno’ aborda los años de la infancia y la juventud de un Miguel Bosé temeroso de su padre Luis Miguel Dominguín y arropado por varias personas cercanas, desde su madre Lucía Bosé hasta el pintor Pablo Picasso, amigo de la familia.
El fuerte carácter de su padre, el torero Luis Miguel Dominguín, ocupa una gran parte de estas memorias. «Sí le he perdonado, aunque realmente no había que hacerlo, porque cuando uno crece termina por hacer cosas peores de las que pensaba que iba a ser capaz. Entendí que lo que tanto me dolía lo estaba repitiendo yo, que heredé su genética».
El cantante reconoce que su infancia fue un ejercicio de «supervivencia» al tener que ‘competir’ con el brillo de sus padres. «Tuve que sobrevivir a dos monstruos sagrados que me eclipsaban». «No sabía cómo terminaría la relación con mi padre, porque estaba en el imaginario lo de ser machote, rudo y cazador, y yo era un chico sensible y me gustaba la lectura. Era un niño raro que levantaba sospechas entre la casta de toreros», apuntó Miguel Bosé
El libro también habla de otras personas que rodearon a su familia, como Ava Gardner — «odiaba que dijeran sobre ella que era ‘el animal más bello del mundo» — o Pablo Picasso, del que deja una imagen desconocida: «tierno, un abuelo que ejerció de apoderado. Además, los dibujos que tengo de él no valen nada, porque están en un papel sin firmar. Siempre digo que no tengo Picassos, sino Pablos que no valen nada».