Hay una máxima de los expertos en campañas políticas que dice con sencillez y claridad: “Las campañas no se ganan. Se pierden”.
Esa afirmación -surgida de la experiencia de cientos de campañas políticas-, suele ser certera en México y en cualquier lugar de mundo donde haya campañas.
Un ejemplo de eso es la campaña de Francisco Labastida por la Presidencia de la República por el PRI en el año 2000. Labastida tenía toda la estructura del tricolor a su disposición y nunca supo cómo echarla a andar. Se dedicó a atacar a Vicente Fox y Labastida perdió el dominio del PRI de 70 años.
Un error, un mal cálculo, una acción desafortunada, pueden hacer perder una campaña. Por eso es de vital importancia en una campaña no equivocarse, no fallar, no resbalarse. Hay muchos ejemplos.
La ex candidata a la Presidencia de la República en el 2012, Josefina Vázquez Mota, perdió su campaña casi desde el primer día, cuando los asistentes a un evento masivo, la dejaron sola, en la Plaza de Toros México. Josefina nunca encontró el tono de la campaña.
El ex candidato del PRI a la Presidencia, José Antonio Meade, también tenía a todo el Gobierno a su favor en el 2018, pero jamás entendió lo que debía hacer para ganar.
Las campañas no se ganan. Se pierden.
A nivel estatal, hay también diversos ejemplos.
Hace seis años, Ricardo Sheffield tenía a su favor la ola de Andrés Manuel López Obrador, y no logró conectar con el electorado. Morena ganó en todo el país, menos en Guanajuato, por errores de Sheffield.
Hace seis años, Fernando Torres Graciano, había ganado seguidores en el PAN para pelear la gubernatura, pero cometió errores, y se quedó solo.
Se trata de hacer campañas atinadas, inteligentes, creativas y atractivas, que entusiasmen al electorado.
La línea entre una campaña exitosa y una campaña fracasada, es muy delgada, pero es fundamental para ganar o perder. Hay que observar el 2024.
Claudia Sheinbaum, por ejemplo, tiene todo para ganar la contienda, pero si no hace lo correcto, puede perder la Presidencia de la República, como Labastida, como Josefina y como José Antonio Meade.
