La petulancia del poder
Ni el dinero ni los libros quitan lo pendejo. Frase que en mis pláticas de tertulia siempre hacen que se caguen de regocijo mis oyentes. Sobre todo mi carnal Popoca. Una frase muy cierta, pues hipnotizan al gran rebaño que adora al becerro de oro.
Se adora a los ricos cuya única virtud es consumir de manera inconsciente las grandes marcas de la caja idiota y que los monitos autistas (perdón, artistas) de la tele consumen día a día. Al menos a ellos les pagan por andar uniformados como todo el rebaño. Y qué decir de los ratones de biblioteca.
Sobre todo aquellos que no salen por décadas de las universidades y cuya única virtud es llenar de pavor y miedo a la población estudiantil si no repiten las estúpidas teorías de algunos filósofos como Heidegger, Schopenhauer, Nietzsche y Hegel.
Ni el dinero ni los libros quitan lo pendejo. Como dijo Machado… Todo lo que no es ranchero es pedantería
Solo crearon juegos pendejos de palabras sin una pizca de lógica. Poesía pura. Teoríass tan absurdas que no sirven para nada y que los esclavos de las universidades a quienes hacen repetir como pericos sin comprender califican con diez. La filosofía después de los clásicos se la apropia un puñado de puñetas alemanes y unos que otros pendejos iguales para influenciar, justificar y pisotear a los de su misma especie como Hitler, Franco y Mussolinni.
La filosofía pertenece al hombre mismo, por muy sencillo y ordinario que sea, ya que es intrínseca a todo lo que por sí se mueva. Incluyendo a los insectos. Ya que cualquier ser viviente piensa. Ahora sí, como dijo Machado… Todo lo que no es ranchero es pedantería.
Al principio de los tiempos, cuando el poder estaba solo bajo dominio de un grupo reducido, mucho antes que reyes, caciques o jesuitas, quienes ostentaban el poder en forma piramidal, de arriba hasta abajo, eran los brahmanes, la casta sacerdotal mas presumida de la historia. Por mandato divino evitaban al máximo el trato con las castas inferiores que los enriquecían. El rebaño agachaba la cabeza y veneraban desde lejos la ignota sabiduría de los mismos.
Ahora tenemos la oportunidad de sanar ese complejo de clase que tenemos la mayoría de los mexicanos
Pues bien, el PRI creó una hidra de mil cabezas. Nacieron y se crearon por todo el país monstruos que durante décadas asolaron a la población y fueron adorados como los antiguos brahmanes sin que nadie reprochara y cuestionara su función. Y ya saben como nos fue.
Ahora tenemos la oportunidad de sanar ese complejo de clase que la gran mayoría de los mexicanos tenemos. Al nuevo gobierno que pusimos en el poder habrá que exigirle y hacerla de pedo si no cumple con lo prometido.
No permitir que de manera histórica se repita la petulancia del poder. Que la filosofía de la calle realmente nos haga libres como nación y podamos exigir nuestros derechos.
Nunca más ningún mexicano con la cabeza agachada.
Porque ni el dinero ni los libros quitan lo pendejo.
Y tu qué piensas.
Un abrazo lleno de luz.