La mamá de El Marro ni lo regañó, ni le pidió que se portara bien. Ni le jaló las orejas, ni le ordenó corregir el rumbo. Mucho menos le pidió que dejara de matar gente inocente o robar huachicol.
En una conversación telefónica, dada a conocer por El Universal, doña Lucha, la mamá de El Marro, no mostró ningún interés de corregir a su hijo, como lo pidió el presidente Andrés Manuel López Obrador. Doña Lucha sí mostró preocupación porque su hijo malvado haya comido bien y que esté a salvo.
El Gobierno de México va a necesitar mucho más que el regaño de las mamás y las abuelitas para que los asesinos y narcos se porten bien
Doña Lucha sí dejó ver que desea lo mejor para su hijo El Marrillo, con algunas frases típicas de madres.
“¿Si comió?”, pregunta la señora como si este criminal que ha mandado asesinar a decenas de personas fuera un niño. “Mi Marro, me destrozan mi vida”, agrega la señora.
“Si lo agarran, me muero”, dice la señora, cuando habla con una mujer que se lo pone al teléfono. “Hijo no te puedes recoger para la casa, acá estamos al pendiente”, le dice a su muchacho asesino.
Y al final, doña Lucha le dijo la clásica frase de una mamá. “No me contestas ninguna llamada, hijo”.
En toda la conversación, doña Lucha, no mostró ninguna preocupación por el mal que hace su hijo. Nunca le pidió que deje de robar huachicol. Ni le sugirió que ya se retire y deje de estar matando gente. Mucho menos que se porte bien o que se vaya a confesar. La mamá de El Marro -el peligroso criminal que ha asesinado a decenas de personas inocentes-, sólo está preocupada porque El Marrillo haya comido bien. El Gobierno de México va a necesitar mucho más que el regaño de las mamás y las abuelitas para que los asesinos y narcos se porten bien.
