Lo decimos en broma. Somos una isla azul en medio de un país dominado por el color guinda. Pero es en serio. Somos una región de pensamiento de derecha en medio de un país que desea girar hacia la izquierda. Somos un estado que votó por el PAN otra vez, al contrario del rumbo que toma México con la llegada de Morena.
Es una realidad desconcertante. Somos una isla azul, a la expectativa sobre las probables consecuencias de serlo. Somos otra vez una isla azul, como en 1991, cuando casi todo el país era del PRI, y nosotros decidimos votar por el PAN. El mapa electoral del 91 era todo rojo, solo con una pequeña isla azul en el centro.
Somos un estado distinto que ha tomado sus decisiones históricas y que ha crecido por sí mismo, sin importar lo que suceda en el resto del país. Guanajuato ha tenido una tasa de crecimiento económico superior al 5 por ciento en los últimos 8 años, por encima del crecimiento nacional que ronda el 2 por ciento. Guanajuato crece más que México.
Somos una región de pensamiento de derecha en medio de un país que giró a la izquierda
No es casual que aquí hayan decidido instalarse plantas automotrices como Mazda, Honda y Toyota. Grandes empresas de Japón se han asentado en Guanajuato y han desarrollado un clúster automotriz que compite con Detroit y que se ha convertido en la región productora de automóviles más importante de América Latina.
Somos una isla de crecimiento económico en medio de un país atorado en su economía, tal y como lo dijo The New York Times en un artículo el año pasado. Somos una isla que por su mismo carácter aislado encara nuevas amenazas del exterior. Vienen nuevos retos para la isla azul derivados de sus circunstancias. Vienen nuevas amenazas ideológicas, económicas, políticas y delincuenciales.
Las amenazas ideológicas vienen desde la corriente de pensamiento que dominará el país. De entrada, la propuesta de traer a León la Secretaría del Trabajo ya asustó a los empresarios de la isla que no están acostumbrados a las huelgas y a los paros laborales.
La peor amenaza de la isla llamada Guanajuato es ahora la violencia y la inseguridad
Las amenazas ideológicas vienen desde la corriente de pensamiento que dominará el país. De entrada, la propuesta de traer a León la Secretaría del Trabajo ya asustó a los empresarios de la isla que no están acostumbrados a las huelgas y a los paros laborales.
Las amenazas políticas vienen de los nuevos programas del Gobierno Federal que –con un esquema nuevo, sin delegados-, vienen por votos y seguidores en Guanajuato, con la intención de cambiar la composición política de la región, dominada por los conservadores. Y los retos de seguridad vienen desde el crimen organizado que desea controlar una región con crecimiento económico.
Es bien sabido que también éramos una isla de seguridad, en medio de un país incendiado por la guerra contra el narcotráfico, hasta que nos llegó el crimen organizado y nos ha amenazado en los últimos años. La peor amenaza de la isla llamada Guanajuato es ahora la violencia y la inseguridad.
La isla encara nuevos retos y amenazas, producto de su ideología y su visión de lo que debe ser México.
Hay que cuidarla. Hay que cuidar Guanajuato, si es que deseamos mantener su carácter de isla.
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