ISIS-K: el enemigo íntimo de los talibanes
Esta facción del autodenominado Estado Islámico está detrás de los ataques al aeropuerto de Kabul. Acusan a los talibanes de "colaborar con las fuerzas estadounidenses para evacuar espías"
Según explica Frank Gardner, corresponsal de Seguridad de la BBC, ISIS-K es el «más extremo y violento de todos los grupos yihadistas que operan en Afganistán». Fue creado en enero de 2015 en el apogeo del poder de Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS: Islamic State of Iraq and Syria), antes de que su autoproclamado califato fuera derrotado y desmantelado por una coalición liderada por Estados Unidos.
ISIS-K tiene su sede en la provincia afgana de Nangarhar, cerca de las rutas de tráfico de drogas y personas que entran y salen de Pakistán. En su momento de máximo poder, el grupo contaba con unos 3.000 combatientes, pero ha sufrido bajas significativas en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad estadounidenses y afganas, y también con los talibanes.
El grupo tiene grandes diferencias con los talibanes, a los que acusa de abandonar la yihad y el campo de batalla a favor de un acuerdo de paz con Estados Unidos negociado en «hoteles elegantes» en Dohar. En el comunicado en el que se atribuyeron el ataque de este jueves acusaron a los talibanes de «colaborar con las fuerzas estadounidenses para evacuar espías».
Sin embargo, están conectados a los talibanes a través de un tercer grupo. Según los investigadores, existen fuertes vínculos entre ISIS-K y la llamada red Haqqani, estrechamente vinculada a los talibanes. El líder de esa red, Khalil Haqqani, está ahora a cargo de la seguridad en Kabul.