Hay que cuidar la Madero
La calle Madero es un éxito incuestionable. Se recuperó una calle importante de la ciudad, se detonó la economía, se regresó a la gente al Centro y se creó un espacio muy agradable para convivir el fin de semana. Pero hay que cuidarla.
El desarrollo de la calle Madero no puede ser de manera desordenada. La presencia de 25 mil jóvenes todos los fines de semana, tomando bebidas embriagantes, bailando y celebrando, puede convertirse en un problema. Ya hemos visto varios ejemplos.
La presencia de 25 mil jóvenes todos los fines de semana, tomando, bailando y celebrando, puede convertirse en un serio problema
El caso del joven del Instituto Tecnológico de León que fue levantado en el antro Monroe -y asesinado después en la madrugada-, constituye una muestra de lo que puede ocurrir en una zona espléndida sin los controles correctos.
Hay reportes además de que hace 15 días dos hombres quisieron llevarse a la fuerza a una jovencita de otro antro de la zona. Hay que aumentar los controles. El crecimiento de la calle Madero puede atraer a personajes que buscarán sacar provecho de esa multitud dispuesta a gastar dinero el fin de semana. Hay ya información sobre venta de drogas, por ejemplo.
Hay reportes de personas que se están adueñando de las calles para cobrar 20 o 30 pesos por estacionarse en la vía pública. Hay información sobre algunos robos, aunque no muchos, pero sí los hay. Y cada fin de semana hay registro de pleitos y diferencias entre los muchachos una vez que han cerrado los antros.
Aquí va a ser importante la acción de la autoridad. La Madero tiene que ser vigilada de manera permanente por la policía en sus calles. La Madero requiere de supervisión de los inspectores de Fiscalización para garantizar que no se violen los reglamentos en los bares (que no ingresen menores de edad, que los gerentes no abusen de los clientes, que los antros no se excedan con los visitantes).
Aquí va a ser importante la acción de la autoridad. La calle Madero tiene que ser vigilada de manera permanente por los agentes de la Policía
Y la calle requiere de reglas muy claras de Tránsito Municipal para que el estacionamiento y el tráfico nocturno no se conviertan en problemas graves. Durante la madrugada, los muchachos circulan en sus vehículos a exceso de velocidad en las calles del centro. Y casi todos los días los muchachos caminan por las avenidas con cervezas en la mano y bebidas alcohólicas en la vía pública.
Por todo lo anterior, hay que cuidar la Madero. Hay que cuidar esa calle maravillosa que se ha convertido en el punto de reunión el fin de semana.
Estamos justo a tiempo. A la fecha hay 43 antros llenos en un espacio de diez calles. Es momento de aplicar los reglamentos y hacer operativos especiales para garantizar que todo lo que ahí pase sea en beneficio de la ciudad.
Si se sale de control, el éxito de la calle Madero puede ser también su desgracia.
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