Que el amor llegue a sus hogares. Que la dicha inunde sus corazones. Así son los mensajes de Navidad de los políticos y gobernantes en esta época del año. Es el único día que tienen permiso para ser cursis y para derrochar miel a favor de la armonía y la felicidad.
Y luego los gobernantes se toman la fotografía con toda la familia y envían tiernas postales al pueblo. Suben vídeos a un lado del árbol de Navidad, en un ambiente de paz y tranquilidad.
Queremos oír mensajes navideños más reales. Queremos escuchar que los sueldos serán mejores para todos. Que habrá oportunidades para los jóvenes. Que la inversión en desarrollo social será histórica
Esos mensajes no sirven de nada. La gente no cree en realidad en esos mensajes navideños, ni en esos tiempos para compartir y para dar a los demás, si no hay acciones responsables de fondo
Hoy día queremos mensajes más alentadores. Que la economía crezca arriba del 4 por ciento mínimo. Que el dólar no se dispare. Que la inflación no haga de las suyas. Esa sí sería una Feliz Navidad.
Queremos oír mensajes navideños más reales. Queremos escuchar que habrá más oportunidades de trabajo para todos. Que los sueldos serán mejores. Que habrá oportunidades de estudiar y trabajar para los jóvenes. Que la inversión en desarrollo social será histórica.
Sí queremos amor y dicha y felicidad. Pero también queremos más educación, mejor atención de salud y más desarrollo económico. Sí anhelamos armonía y alegría navideña. Pero necesitamos inversión y obra pública, para que la economía esté mejor en México y en Guanajuato.
Con gran afecto, hoy diríamos: Feliz Navidad. Pero también queremos decir: Generosa Navidad. Solidaria Navidad. Productiva Navidad. Responsable Navidad. Venturosa Navidad.
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