‘Euroescándalo’ por sobornos de Qatar
Destapan en Bélgica una trama de corrupción por el presunto pago a diputados del Parlamento Europeo para que el Mundial acabara en el país árabe
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, anunció este lunes una investigación interna para revisar todos los hechos y ha asegurado que «no habrá impunidad» para quienes tengan responsabilidades en la trama de corrupción destapada en Bélgica por el presunto pago de sobornos a eurodiputados y personal de la Eurocámara por parte de Qatar.
«No vamos a barrer nada debajo de la alfombra», ha afirmado Metsola en una larga intervención en la apertura de la sesión plenaria en Estrasburgo (Francia) para censurar con firmeza la corrupción. Y lamentar que lo que considera un «ataque» a la institución y a la democracia de quienes tratan de comprar favores.
La Fiscalía belga ha confirmado que la investigación por corrupción, blanqueo y organización criminal lleva abierta «más de cuatro meses» antes de actuar el pasado viernes, cuando se llevaron a cabo cerca de una veintena de registros y se precintaron despachos en la sede en Bruselas de la Eurocámara.
Delincuentes ilustres
Entre los imputados está la eurodiputada griega Eva Kaili, que ocupa una de las catorce vicepresidencias del Parlamento Europeo y en cuyo domicilio se hallaron durante los registros unos 600,000 euros. En otras dos actuaciones, las autoridades belgas se incautaron de «varias centenas de miles de euros» en una maleta en una habitación de hotel y otros 150,000 euros en el domicilio de otro eurodiputado.
«Sé que este no es el final del camino, vamos a seguir ayudando en las investigaciones durante todo el tiempo que sea necesario», ha defendido Metsola, quien también ha pedido al conjunto de eurodiputados que no traten de sacar rédito político a la situación.
Entretanto, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar reaccionó este fin de semana a las acusaciones asegurando en un comunicado que cualquier vinculación de la trama con el Gobierno qatarí son «infundadas» y una «grave desinformación».
El ‘Euroescándalo’ está servido.