Inyección letal para Amber McLaughin
Estados Unidos ejecuta a la primera mujer 'trans'. "Soy una persona afectuosa y cariñosa", dijo en su última declaración
Este martes fue ejecutada Amber McLaughlin: la primera mujer transexual a la que se aplica la pena de muerte en Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses indicaron: «McLaughlin ha sido declarada muerta a las 18.51 horas después de que le pusieran una inyección letal».
En una declaración final, según recoge la cadena NBC, McLaughlin habría «lamentado» sus acciones, asegurando que era «una persona cariñosa y afectuosa».
Amber McLaughlin fue condenada aún como Scott McLaughlin por la violación y asesinato de Beverly Guenther en 2003, pero ha solicitado formalmente clemencia al gobernador Parsons alegando que sufre daños cerebrales y un trauma infantil. McLaughlin será ejecutada por inyección letal, informa la cadena CNN.
«La investigación ha reconocido el arrepentimiento sincero de McLaughlin y también lo han hecho todos y cada uno de los expertos que la han evaluado en los años que han pasado desde el juicio«, destaca la petición al gobernador.
Padece un síndrome de alcohol fetal
McLaughlin ha sido «sólidamente diagnosticado con discapacidad intelectual limítrofe» y ha sido «diagnosticado universalmente con daño cerebral así como síndrome de alcohol fetal». El Centro de Información sobre la Pena de Muerte ha resaltado que «es la primera persona trans a la que se le ha asignado fecha de ejecución en Estados Unidos».
Y recuerda que el jurado no aprobó la pena de muerte por unanimidad, circunstancia que sí es necesaria en la gran mayoría de estados que ejecutan a reos. «La ley de Misuri considera que un jurado no unánime es un jurado bloqueado, por lo que se recurrió a una norma que permite al juez imponer una sentencia por su cuenta», señalan, al tiempo que recuerdan que «el juez se basó en circunstancias agravantes rechazadas por el jurado para condenar a muerte a McLaughlin».
Numerosas personalidades políticas y de la sociedad civil pidieron que se anulara la ejecución de McLaughlin que recuerdan que fue abandonada por su madre, agredida recurrentemente por su padre adoptivo y protagonista de «múltiples intentos de suicidio».
McLaughlin no realizó ningún proceso legal para cambiar su nombre o comenzar un tránsito físico, por lo que permaneció hasta su muerte en el Centro Correccional de Potosi, cerca de San Luis, un centro solo para varones.