Emiliano: una esperanza de vida en medio de la pandemia

Con cinco meses de gestación Emiliano llegó al mundo, un bebé guanajuatense que se aferró a la vida sin importar todo pronóstico negativo que día con día los doctores señalaban. Él luchó y ahora se convirtió en una esperanza de vida en medio de la pandemia.

Su llegada al mundo fue extrema desde que sus papás, Charito Cisneros y Francisco Guzmán se enteraron que Emiliano decidió adelantar su llegada. Ellos son originarios de Romita y tuvieron que trasladarse a León, al Hospital Materno Infantil, para que Emiliano pudiera llegar en óptimas condiciones. Sin embargo, no fue nada fácil.

Al nacimiento de Emiliano se le conoce como prematuros extremo, que es cuando los bebés nacen con menos de 32 semanas de gestación y con un peso menor a los 1.500 gramos. El caso de Emiliano fue aún más riesgoso pues su nacimiento fue a las 25 semanas y su peso fue de 700 gramos.

Fueron 128 días que Emiliano estuvo tras una incubadora, donde terminó de desarrollarse. Charito, su mamá cuenta que cuando nació solo pudo escuchar su llanto, pues su piel aún era muy frágil para poder cargarlo y tenerlo por mucho tiempo en sus brazos. Emiliano fue directo a una incubadora en terapia intensiva, ahí pasó sus primeros días de nacido.

Conforme pasaba el tiempo se veía una evolución, pero había días que los médicos le indicaban a Charito que había pocas esperanzas. Sin embargo, ella nunca perdió la fe, dice que rezaba al pie de su incubadora y que le cantaba. Ella platica que cuando lo hacía Emiliano se movía como si supiera que su mamá estaba ahí apoyándolo para sobrevivir.

Por fin llegó el día en que Charito y Emiliano volvieron a estar juntos y sentirse. Charito describe el momento como algo muy hermoso. “Mi bebé y yo estábamos piel a piel y fue precioso”.

Finalmente, Emiliano se fue a casa sano y salvo, todos sus órganos desarrollados y con un peso de 3200 gramos, sin duda él se convirtió en una esperanza de vida en medio de esta pandemia.