El Vaticano ‘tapó’ más de 50 años los delitos sexuales de Maciel
En 2010 los propios Legionarios de Cristo se vieron obligados a reconocer las acusaciones sobre violaciones a menores del mexicano y tuvieron que desvincularse de su fundador
La Iglesia Católica conocía el comportamiento pederasta del mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, desde 1943. Así lo indicó este miércoles el cardenal João Braz de Aviz, responsable de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.
Maciel, que ya fue investigado durante los años 1956 y 1959 tras las primeras denuncias de abusos sexuales en centros de la Legión y que tuvo más de seis hijos, murió en 2008 a los 87 años de edad sin arrepentirse de sus violaciones a menores.
Fue en febrero de 2010 cuando los propios Legionarios de Cristo reconocieron las acusaciones contra el sacerdote y se desvincularon de su fundador. Adicto al demerol y a la morfina, y denigrado por el plagio de su libro ‘El salterio de mis días: 98 meditaciones’, Maciel protagonizó otros escándalos de fraude y extorsión.
Adicto al demerol y la morfina, Marcial Maciel creó en 1941 la congregación de los Legionarios de Cristo y acumuló en su historial decenas de denuncias por abusos a menores
«Tengo la impresión de que las denuncias de abusos crecerán, porque solo estamos en el inicio. Llevamos 70 años encubriendo lo que ha sido un tremendo error», afirma el encargado de desvelar los hechos a la revista católica ‘Vida Nueva’. «Quien lo tapó era una mafia, ellos no eran Iglesia», concluyó João Braz.
Marcial Maciel creó en 1941 la congregación de los Legionarios de Cristo, un organismo que se ha infiltrado en la política, medios de comunicación, finanzas y educación de numerosos países. Ahora, con una estructura completamente renovada, muchos han sido los sistemas jurídicos de diferentes regiones que han sentado en el banquillo a algunos de sus miembros acusados de abuso, como ocurrió el pasado diciembre en Italia.
Presentado por Juan Pablo II como apóstol de la juventud, Maciel ya fue expulsado junto a alguno de sus compañeros de la Universidad Pontificia de Comillas, aunque por entonces no se tomaron medidas adicionales. El Vaticano abrió una inspección supervisada por Arcadio Larraona, tiempo en el que el eclesiástico fue suspendido como superior general y expulsado de Roma. Sin embargo, Maciel volvió a la vida religiosa hasta que varios seminaristas se unieron para poner sobre la mesa sus delitos.
En la actualidad, el conocimiento de los abusos en el seno de los Legionarios de Cristo ha fundado un movimiento de «tolerancia cero» que promueve la eliminación de ciertas efemérides de Maciel, conocido hasta ahora como «nuestro padre». Se suprimieron sus fotografías de los centros así como sus escritos y conferencias. Sin embargo, sus adeptos han crecido un 3%. Las familias siguen llevando a sus hijos a las escuelas de la Legión, que cuenta en la actualidad con 176 mil alumnos en todo el mundo, según publica Europa Press.