El título de Primera Dama es irrenunciable e intransferible
El cargo de Primera Dama no existe en ninguna ley, ni en ningún reglamento de la Presidencia de la República, por lo tanto no se puede renunciar al mismo. Legalmente no hay tal responsabilidad. Eso significa que la señora Beatriz Gutiérrez Müller no puede renunciar a ser Primera Dama de México, porque esa distinción se la otorga el imaginario colectivo por el hecho de ser la esposa del Presidente, aunque ella no lo quiera.
De hecho el cargo de Primera Dama no le pertenece a Beatriz Gutiérrez Müller. Le pertenece al pueblo, a la Nación, como dice Andrés Manuel.
La sociedad es la que construye esa figura altiva de Primera Dama, como si fuera un cargo de nobleza, como lo fue Carmen Romano, como Paloma de la Madrid, Cecilia Occelli o Nilda Patrica. Todas las señoras de alta sociedad aspiran a ser Primera Dama, aunque de entrada, esa alta distinción resulta algo excedida, porque en realidad ninguna mujer debería ser la primera, aunque sea muy distinguida. Las damas son primero, pero en plural, no en singular, sin importar que sea la esposa del Presidente de México.
Beatriz Gutiérrez renunció al DIF. Ella no quiere dedicarse a la asistencia social. Prefiere dedicarse a la historia y a la cultura, y es válido. Pero jamás podrá quitarse el título de Primera Dama
Lo cierto es que Beatriz Gutiérrez Müller no puede desvincularse del cargo de su marido. Hay una dama que está al lado del Presidente de México y que le habla al oído, y ella es Beatriz Gutiérrez Müller. Hay una dama que tiene acceso directo al Presidente y que puede tratar cualquier tema con él, y ella es Beatriz Gutiérrez Müller.
Entonces Beatriz Gutiérrez Müller fue designada como encargada de la Coordinación Nacional de Memoria y Cultura de México, pero eso es lo de menos. Ella será la Primera Dama de México para todos y así vamos a ubicarla y a recordarla -aunque no sea oficial, ni legal-, como fue con Martha Sahagún, Margarita Zavala o Angélica Rivera.
Beatriz Gutiérrez renunció a ser la Presidenta del DIF. Eso está muy claro. Ella no quiere dedicarse a la asistencia social. Ella prefiere dedicarse a la historia y a la cultura, y es válido. Pero jamás podrá quitarse el título de Primera Dama.
Ese título de nobleza es un derecho adquirido por ser la esposa del Presidente: es irrenunciable, irrevocable e intransferible. Nadie más lo puede ocupar.
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