El tesoro escondido de Balamkú
Arqueólogos mexicanos redescubren un santuario maya que fue tapiado en 1966 en una cueva próxima a Chichén Izá. Alberga cientos de objetos con más de mil años de antigüedad
El equipo mexicano de arqueólogos Gran Acuífero Maya (GAM) ha redescubierto el santuario de Balamkú. «Un tesoro científico» próximo a la ciudad maya de Chichén Itzá (Yucatán), según los especialistas.
Se desconoce de momento la extensión de la cueva, de la que se han explorado unos 460 metros. Según el director del proyecto, Guillermo de Anda, «el mayor de los tesoros es que esta cueva radica en que no ha sido alterada ni tampoco saqueada, a pesar de que en la década de los 60 fue descubierta por agricultores de la comunidad de San Felipe».
El arqueólogo que lideró la primera expedición tapió la entrada en 1966 tras entregar un breve informe y dejó intacta la llamada ‘Cueva Balamkú’ (Cueva del Dios Jaguar)
El arqueólogo que lideró la primera expedición decidió tapiar la entrada en 1966 tras entregar un breve informe y dejó intacta la llamada ‘Cueva Balamkú’ (Cueva del Dios Jaguar)
A 24 metros bajo tierra han aparecido varias cámaras con cientos de objetos mayas y artefactos religiosos entre los que destacan 7 quemadores de incienso en forma de Chaac, deidad de la lluvia, con más de mil años de antigüedad.