El renacer de Djokovic
El serbio se impone al argentino Del Potro en tres sets y conquista el tercer US Open de su carrera. Con este triunfo, el tenista de Belgrado logra su decimocuarto 'Grand Slam' e iguala a Pete Sampras en el tercer puesto del ranking histórico
Novak Djokovic ganó su tercer US Open tras vencer este domingo en tres sets (6-3, 7-6, 6-3) al argentino Juan Martín del Potro. Con su victoria en el último ‘Grand Slam’ de la temporada, el número 14 en su envidiable palmarés, el tenista serbio iguala al estadounidense Pete Sampras en la tercera posición del ranking histórico.
Como el Ave Fénix, Djokovic ha emergido con fuerza en la segunda mitad del año y vuelve ser aquel tenista implacable que devoraba a sus rivales entre bromas y salidas de tono. Con Roger Federer fuera de forma y Rafa Nadal frenado por las lesiones, el serbio es de nuevo el dominador del tenis mundial.
Con Roger Federer fuera de tono y Nadal lastrado por las lesiones, Novak Djokovic es de nuevo el gran dominador del tenis mundial en este 2018
El de Belgrado firmó un primer set sobrio y casi perfecto, con confianza en sus golpes y un hábil despliegue sobre la pista. Después Del Potro le sacó un rato del partido con sus misiles, pero el serbio se recuperó con galones y sangre fría para ponerse 2-0 en un segundo parcial de una hora y media. Un martillo que terminó su acoso y derribo en tres horas y cuarto.
Djokovic se apuntó su segundo ‘Grand Slam’ del año tras su regreso a las victorias de prestigio después de ganar Wimbledon el pasado mes de julio. Para el serbio son ya 14 títulos de ‘Grand Slam’, los mismos que firmó Sampras antes de retirase en 2002. ‘Nole’, que estuvo alejado de las pistas durante seis meses en 2017, regresa a una carrera que lidera Roger Federer, con 20 ‘grandes’, seguido muy de cerca por Rafa Nadal (17).
La cara amarga fue la de Del Potro, que jugaba su segunda final de un ‘grande’ nueve años después del US Open que ganó en 2009. El gran momento de forma del argentino, tras cuatro operaciones de muñeca, no fue suficiente para saborear la gloria ante un Djokovic que volvió a proclamarse campeón en Flushing Meadows, como ya hiciera en 2011 y 2015.