El peor PRI en años
Ya renunció el presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa.
Ya se fue el delegado del PRI en Guanajuato, Enrique Martini.
Ya se fue también el presidente estatal, Santiago García.
Los tres jefes principales del PRI dejaron sus cargos a media campaña. Ni el jefe estatal, ni el jefe nacional, ni el delegado resistieron la presión del tercer lugar en las encuestas.
El PRI está deshecho. Está dividido. No tiene disciplina, no hay respeto a las siglas, no hay institucionalidad. El tricolor no tiene rumbo
El PRI está deshecho. El partido está dividido, no tiene disciplina, no hay respeto a las siglas, no hay institucionalidad. El tricolor no tiene rumbo.
Cuando el senador Miguel Ángel Chico renunció al partido y se fue a Morena, dijo que el líder nacional, Enrique Ochoa, ni siquiera tuvo la cortesía de avisarle de que había sido descartado para la gubernatura.
Cuando el delegado del tricolor en Guanajuato, Enrique Martini, fue despedido la semana pasada, afirmó en su carta que Enrique Ochoa “demuestra falta de respeto, insensibilidad y refleja filias y fobias hacia verdaderos cuadros del partido a quienes quita no por incapacidad, sino por ser capaces”. Y agregó: “Me siento avergonzado por la forma de ser de quien es el dirigente, mas no líder del PRI, Enrique Ochoa”.
Y si el PRI nacional está mal, el de Guanajuato está peor. Aquí el ex líder estatal, Santiago García, otorgó todas las candidaturas a los amigos de Gerardo Sánchez en las diputaciones, alcaldías y hasta regidurías.
El grupo de Gerardo Sánchez, como bien lo dijo Martini, entregó las candidaturas a priistas con muy bajo perfil y dejó fuera a todos los opositores. Su acción llegó a tal punto que en Guanajuato capital designó a una panista, Ruth Lugo, como candidata a la alcaldía, solo por fastidiar al presidente Edgar Castro y al embajador en Uruguay, Francisco Arroyo.
El PRI nacional y el PRI estatal han cometido todos los errores que se pueden cometer en una campaña. Y el resultado es un desastre
Gerardo Sánchez ha tomado una actitud de acaparar todos los cargos posibles, avasallando a los otros grupos, lo que provocó una división fuerte en el tricolor en Guanajuato.
El PRI Nacional y el PRI estatal han cometido todos los errores que se pueden cometer en una campaña. Y el resultado es un desastre en la campaña por la Presidencia de la República y otro en la elección por la gubernatura de Guanajuato.
El PRI se ha equivocado al designar a sus líderes. A veces lo más complicado es escoger a la persona correcta para desempeñar un cargo clave. En el caso de Enrique Ochoa y de Santiago García, el PRI se ha equivocado, según dicen los primos priistas. Y la prueba de que no eran las personas indicadas es que ambos están fuera.
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