No hay que confundirnos. Sinaloa y Tamaulipas siguen siendo los estados más narcos y enmarañados del país, aunque ahora sean paraísos de la tranquilidad.
Ahora resulta que no hay muertos en Sinaloa, ni en Tamaulipas.
Sinaloa tiene 421 asesinatos en el primer semestre del año, mientras que Tamaulipas tiene 428 ejecutados. Esos números son menores en comparación con lo ocurrido en Guanajuato que reportó en el mismo periodo mil 741 asesinatos, cuando se supone que este no es un narco estado, como sí lo son Sinaloa y Tamaulipas.
Los narcotraficantes y criminales ahora no quieren quemar a Tamaulipas, a Sinaloa y a Michoacán, y los mantienen con cierta calma, por alguna razón.
¿Qué significa esto entonces?¿Que Guanajuato es más narco y violento que Sinaloa y Tamaulipas?.
Eso es absurdo. Nadie sensato lo pensaría así. Tanto Sinaloa como Tamaulipas son estados fallidos, tomados por los narcotraficantes y gobernados en diversos momentos por los delincuentes.
Sinaloa sigue siendo el mayor productor de marihuana del país. Ahí las instituciones están podridas. No por nada Amado Carrillo Fuentes, El Chapo Guzmán, Caro Quintero, El Güero Palma, El Mayo Zambada y El Azul, son de ahí. Todos los grandes capos son de Sinaloa, y ahora resulta que el Estado está a toda madre y Guanajuato está de la fregada.
Tamaulipas también tiene una tradición de narco política y narco cultura que no tiene comparación. Ha habido gobernadores narcos y múltiples testimonios de que la mafia ha penetrado las instituciones.
¿Y entonces por qué en Sinaloa y Tamaulipas están de maravilla y en Guanajuato hay una violencia como nunca en la historia?. Eso nos lo tienen que explicar en algún momento las autoridades. Lo cierto es que los narcotraficantes y criminales ahora no quieren quemar a Tamaulipas, a Sinaloa y a Michoacán, y los mantienen con cierta calma, por alguna razón. Tal vez sea la misma razón por la quieren matar gente en Guanajuato y calentar la plaza para hacerla parecer la más violenta de México, cuando hace unos años era una isla de seguridad en medio de un país en guerra contra el narco. Muy bien por Sinaloa y Tamaulipas que han bajado los muertos, pero nadie cree en realidad que ahora sean estados pacíficos y limpios de corrupción y narcotráfico.
