El Bronco y el Bravo, como El Rudo y El Cursi
Los independientes piden firmas juntos en León
Son como Rudo y Cursi.
Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, es el rudo.
Rubén Fonseca, El Bravo, es el cursi.
Aunque también aplica al revés: El Bravo es algo rudo y El Bronco es algo cursi.
Los dos precandidatos independientes se han paseado en León en estos días, solicitando las firmas de los ciudadanos para conseguir su registro como candidatos.
El Bronco quiere ser Presidente de México, mientras que El Bravo quiere ser presidente de León. El Bronco debe juntar 866 mil firmas en todo el país, y el Bravo necesita 29 mil firmas en León. Juntos, fueron al Mercado de La Soledad, al centro de León, a la central de Abastos y al Mercadito, dando entrevistas y platicando con los guanajuatenses sobre sus conceptos de democracia y sobre los problemas de Guanajuato.
El Bronco habla con groserías y frases populares, es directo y claro.
El Bravo hace lo mismo.
El Bronco hace bromas y usa un tono norteño para hablar.
El Bravo, también.
El Bronco, no tiene miedo, dice lo que piensa y reta a las autoridades.
El Bravo, igual.
El Bronco viste un chaleco de piel. El Bravo casualmente usa un chaleco de piel.
¿Acaso El Bravo le copia a El Bronco?
Rubén Fonseca, zapatero leonés, dice que no.
“A mí ya me decían El Bravo, por mi forma de ser”, dice Fonseca.
Ahí van los dos independientes, caminando por la ciudad, solos contra el mundo.
Los dos señores deben juntar miles de firmas para conseguir el registro del Instituto Nacional Electoral (INE), y eso los une. Son como amigos en la recolección de firmas.
Ahí van los dos, muy rudos, muy cursis.