El arquitecto Arata Isozaki gana el premio Pritzker 2019
A sus 87 años es el octavo japonés en recibir el galardón
«Para cuando cumplí 30 años había dado 10 vueltas al mundo”, declaró tras conocer que había sido galardonado con el Pritzker 2019, el ‘Nobel de Arquitectura’. Arata Isozaki (Japón, 1931) tenía 12 años cuando las bombas atómicas convirtieron en ruinas las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Tenía ante sí un país por construir.
Uno de sus proyectos más conocidos es el Palau Sant Jordi, que construyó para los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Deslumbró al mundo colocando en pocas horas una cubierta prefabricada que coronó el pabellón de deportes. Su obra es un referente de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX. Suya es también esa oda a la posmodernidad que alberga el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles (MOCA).
Isozaki se formó como ingeniero y eso se nota en sus proyectos. Su afán por comprender cómo funcionan las cosas impregna su arquitectura
Levantó una antológica biblioteca en su ciudad natal y trazó las líneas de la popera Biblioteca Kitakyushu (1974). En un trabajo muy relacionado con el arte y la cultura gracias al apoyo de su esposa Aiko Miyawaki, escultora fallecida en 2014 y que colaboró con él en varios proyectos. Destaca también en su carrera la gruta orgánica de hormigón con la que cubrió el muro cortina del Centro Himalayas Zendai que construyó en Shanghai en 2012 o el Centro de Convenciones de Catar.
Isozaki se formó como ingeniero y eso se nota en sus proyectos. Su afán por comprender cómo funcionan las cosas impregna su arquitectura. Se puede ver en la Academia de Bellas Artes de Pekín (CAFA) construida en 2012 o en el Museo Domus de A Coruña, levantado 17 años antes.
A Isozaki le llega el Pritzker al final de su carrera. Con 87 años, el premio es sobre todo un reconocimiento a su trayectoria. Y se convierte en el octavo japonés en recibir el galardón.