El Año de Hidalgo
Este es justo El Año de Hidalgo: chingue su madre el que deje algo. Eso aplica a la perfección para el momento que vive el Gobierno Federal que ya se va y que cambiará de partido político en cuestión de tres meses.
Justo este es el año. No hay otro. Este es el año que describe ese sentimiento burócrata de que ya se están acabando los privilegios del sexenio y entonces hay que mamar toda la chiche del sistema. Es un año de nostalgia por los buenos tiempos que ya se van y que nunca volverán.
Es el último año para sacar provecho. La oportunidad para agarrar una rebanadota de pastel. La última chance para robar poquito
Así están ahorita los funcionarios del PRI del Gobierno Federal. Es el último año para sacar provecho. La oportunidad para agarrar una rebanadota de pastel. La última chance para robar poquito.
Después de este año, quién sabe cuántos años tarden en regresar al poder. Tal vez 6 o 12 o 18 años. Entonces lo que tratan de hacer los funcionarios tramposos es agarrar moches, dádivas, contratos, lo que sea, para aguantar hasta el regreso. Por eso el pueblo inventó esa frase maravillosa del Año de Hidalgo.
Para el Gobierno del Estado también aplica, aunque en esta ocasión, no con exactitud. Y es que el Gobierno de Guanajuato quedará en manos del mismo partido: el PAN. Y entonces muchos de los funcionarios tendrán la oportunidad de repetir en este sexenio. Ellos no llevan prisa. Aunque hay varios secretarios que ya se van y ahí sí aplica a la perfección El Año de Hidalgo.
Lo que intentan hacer los funcionarios tramposos es agarrar contratos, moches, lo que sea, para aguantar hasta el regreso
Los que ya saben que se van están tratando de sacar tajada de lo que sea, los últimos contratos, las últimas compras, los últimos permisos, las concesiones. Por eso no es extraño que en el último año del Gobernador se otorgaban los fiats de los notarios y los permisos de taxis.
En León, un presidente municipal otorgó los permisos de casino en su última semana de Gobierno. En su tiempo, Vicente Fox otorgó los permisos de juegos y sorteos en su último mes.
Por lo mismo, este es el Año de Hidalgo. Un año que aplica además para todos los municipios. En cada rincón de Guanajuato seguro hay un Duarte, un Borge, un Layín dispuesto a sacar la última tajada del presupuesto.
Póngase guapo, amigo.
Hay que cumplir con el diezmo.
Que tanto es tantito.
Ahí como cosa suya.
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