La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebró este lunes el ingreso de Suecia como el aliado número 32 de la organización militar con el izado de su bandera en los cuarteles generales en Bruselas en un acto que ha contado con la participación de la princesa heredera Victoria y el primer ministro sueco Ulf Kristersson.
En una ceremonia en el patio de banderas, la OTAN ha situado por primera vez la insignia sueca con la del resto de aliados de la organización para marcar su entrada en la alianza. Estocolmo solicitó su ingreso junto a Finlandia al poco de que Rusia invadiera Ucrania en 2022 y ha completado su adhesión después de 22 meses tras salvar las reticencias de Turquía y Hungría, dando un giro a su tradicional política de neutralidad internacional.
«Es un día histórico, damos bienvenida a Suecia en la OTAN en un momento crítico para la seguridad compartida», ha señalado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la ceremonia. En este sentido, ha defendido que con la entrada de Suecia ya son 32 las naciones en la OTAN que trabajan por el «propósito común» de «proteger a 1,000 millones de ciudadanos, prevenir la guerra y preservar la paz».
En una rueda de prensa previa, Stoltenberg ha subrayado que la entrada de Suecia en el bloque militar es buena para Suecia, buena para la estabilidad en el norte y buena para la seguridad de toda la alianza. «Suecia ha sido durante mucho tiempo un socio. Ahora es un aliado con todas las ventajas y responsabilidades que ello conlleva», ha señalado.