Dos días esperando junto al río los restos de José Miguel
Sus familiares no se movieron del lugar hasta que la extinción del fuego permitió rescatar sus huesos calcinados
El dolor de una familia junto al río es el trágico final de la explosión accidental de un ducto de Pemex en Celaya. Por fin tienen los restos de José Miguel tras pasar dos días junto al río cercano a la deflagración. Otros tres personas resultaron heridas con quemaduras de primer y segundo grado. Otros dos empleados municipiales, como José Miguel, y un pastor que arreaba ganado en la zona.
El martes por la mañana el fuego quedó controlado y poco después comenzaron las labores de los investigadores y la remoción de escombros. Los familiares de José Miguel esperaron en el lugar dos días para obtener noticias, pero las autoridades les pedían se retiraran.
Ayer los peritos entraron al río en una lancha y subieron a la cabina de la retroexcavadora, minutos después salieron con una bolsa que contenía restos óseos, supuestamente pertenecen a José Miguel. Era el operario de la retroexcavadora cuando ocurrió el incidente. Antes del hallazgo, sus familiares pidieron a las autoridades que rescataran los restos y se los entregaran para darles sepultura.
«Lo único que queremos es que nos den los restos de mi hermano, por eso queremos que se agilice su recuperación. Sabemos que está ahí y lo único que queremos es darle sepultura para estar más tranquilos”, dijo un familiar
Aún falta que se practiquen las pruebas genéticas para su identificación oficial. Pero sus familiares tienen claro que esos restos óseos son los de José Miguel.
