Debacle verde (0-4)
El León desespera a su afición ante el Puebla y dinamita sus escasas esperanzas de acceder a la liguilla
Con Ambriz tampoco. El León se arrastró ante el Puebla y dinamitó sus escasas esperanzas de acceder a la liguilla. Futbol nunca tuvo el equipo desde la llegada del técnico mexicano, pero al menos demostró ganas y algo de orden defensivo. Anoche ni eso. Cayó sin casta ni orgullo ante un equipo limitado al que le bastaron las ganas para golear a los verdes.
El torneo se va por el sumidero. La pésima planificación deportiva deriva en otro fracaso del León. Los esmeraldas están jugando con la paciencia de una afición harta ya de decepciones. Se puede ganar, perder o empatar. Pero la gente quiere ver a su equipo competir. Y el León no lo hizo ante el Puebla. El equipo se comportó como un gatito de peluche en un partido vital para sus aspiraciones. A tres jornadas para el final es un equipo a la deriva.
El torneo se va por el sumidero. La pésima planificación deportiva deriva en otro fracaso. La paciencia de la afición esmeralda se agota
Aunque aún hay opciones matemáticas, la liguilla es una quimera para un equipo sin alma. Hace falta una reestructuración urgente de una plantilla en la que sobra displicencia y falta hambre y talento. Si la directiva no ficha jugadores que marquen la diferencia el nuevo estadio tendrá más vida en sus tiendas que en sus gradas. El bochornoso duelo ante el Puebla hizo daño. Y la afición verde, que ha demostrado siempre una paciencia infinita, empezó a dar muestras de su hastío.
Un gol en contra a los 7 minutos es una pobre excusa para tirar la liga. Había mucho tiempo por delante pero el León pareció quedar anestesiado. Y los de Enrique Meza, a pesar de sus limitaciones, se dieron un baño de autoestima a costa de un León inerte y sin capacidad de reacción.
Bien haría la directiva en iniciar ya la planificación de la próxima temporada. El equipo necesita soluciones urgentes y refuerzos de verdad en todas sus líneas. Y quizá un entrenador con ADN verde. Ambriz es un entrenador muy conservador y su futbol no conecta con la grada. Así ha sido siempre y no va a cambiar ahora.