Condenado por pederastia el ‘número tres’ del Vaticano
El cardenal australiano George Pell, consejero directo del Papa Francisco y actual ministro de Finanzas de la Santa Sede, es el mayor alto cargo en la historia de la Iglesia Católica declarado culpable por delitos de abusos sexuales a menores
Golpe a la cúpula de la Santa Sede. El cardenal George Pell, consejero directo del Papa Francisco y prefecto de la Secretaría para la Economía del Vaticano, ha sido condenado por abusos sexuales a menores por un tribunal de Melbourne. Considerado el ‘número tres’ de la Jerarquía Católica, es el clérigo de mayor rango jamás condenado por un delito de pederastia y el primero en caer de la cúpula de la curia romana.
Pell se declaró «no culpable» de los cargos presentados en su contra por abusos sexuales con violencia de dos monaguillos en la década de los 90 pero sus argumentos no convencieron al jurado, que deliberó durante tres días y emitió un fallo unánime de culpabilidad. Uno de los dos menores afectados ha fallecido y el otro testificó ante el tribunal mediante videoconferencia, sin que se haya facilitado el nombre de ambas víctimas para proteger su identidad, según publica el diario El País.
El cardenal australiano George Pell, de 77 años, fue declarado culpable de un delito de ‘abuso sexual con violencia’ de dos monaguillos en la década de los 90
El tribunal que juzga a Pell ha emitido la sentencia, pero ha prohibido expresamente su difusión para no influir en el segundo proceso que afrontará el cardenal a partir de marzo de 2019. Sin embargo, ha trascendido que Pell ha sido condenado por cinco cargos de grave conducta sexual inapropiada con dos niños que se remontan a los años noventa, uno de ellos con uso de violencia, según informan los medios australianos
La sombra de la pederastia acompañaba a Pell desde hacía años, incluso antes de ser nombrado por Francisco como la persona que debía poner orden a las finanzas vaticanas. El cardenal, de 77 años, era también miembro del C9, el importante y selecto consejo de cardenales que lleva asesorando al Papa Francisco durante cinco años para una reforma de la administración de la Santa Sede que no termina de llegar.
La Santa Sede, por boca de su portavoz Greg Burke, no quiso comentar la sentencia alegando el secreto impuesto por el tribunal sobre el caso. Pell se marchó en junio de 2017 a Australia, amparado por una suerte de permiso que le dio el Papa sin llegar a destituirlo. El cardenal negó los hechos ante la prensa. “Estoy esperando que llegue mi día en el tribunal para defenderme, soy inocente de estos cargos. Son falsos. La completa idea de abuso sexual es aberrante para mí”.
Y el Vaticano le dio su apoyo en un comunicado. “Ha condenado durante décadas abierta y repetidamente los abusos cometidos contra menores como actos inmorales e intolerables, ha cooperado en el pasado con las autoridades, ha apoyado la creación de una Pontificia Comisión para la tutela de menores y la prestación de ayuda a las víctimas de abusos”, dijo la Santa Sede en un comunicado. Nada más lejos de la realidad.
La condena a Pell es un golpe directo a dos de las principales iniciativas del Papa: la reforma de las finanzas y la lucha contra la pederastia en el clero. Sobre todo esta última, que queda ahora en evidencia tras haber nombrado y mantenido en el cargo a una persona con su historial.