¿Cambiar de árbitro? México no es la FIFA
El árbitro no puede cambiarse a medio partido.
Se imaginan quitar al árbitro del partido México contra Argentina, porque no nos gustaban sus marcaciones. O cambiar al árbitro de México contra Polonia porque no era penalty el de Lewandowski en el Mundial de Qatar.
Así quiere Andrés Manuel López Obrador cambiar al árbitro llamado Instituto Nacional Electoral (INE) antes del proceso electoral del 2024. AMLO desea modificar al árbitro y ajustarlo a su modo, para que le regale un penalty, le pite todas las faltas a favor y lo haga ganar el partido por la Presidencia de la República. Lo que debe entender el Presidente de México es que el árbitro no se toca.
No imagino a México pidiendo un árbitro a modo para jugar contra Arabia Saudita, a ver si nos regala un penal o nos salva con un fuera de lugar inventado. Eso es imposible. Por eso es el árbitro. Porque es la persona designada para tomar las decisiones justas y correctas y para cuidar el partido.
Por lo mismo es fundamental defender al árbitro electoral en México. El Gobierno Federal no debe meterse en la designación del árbitro del INE, ni en la designación de los asistentes, los abanderados o los consejeros electorales. La fortaleza e independencia del árbitro garantiza el resultado de la elección y del partido.
Ya tenemos malas experiencias con árbitros injustos y tramposos. Ahí está Manuel Bartlett, el peor árbitro de la historia, en 1988, cuando siendo director del Instituto Federal Electoral -bajo control de la Secretaría de Gobernación-, hizo fraude y dijo que se había caído el sistema. Ese árbitro que marcaba penales falsos y que permitía las urnas embarazadas, el ratón loco y el carrusel, justo ahora está en Morena. Bartlett era un árbitro que se inventaba fueras de lugar, marcaba faltas inexistentes y casi metía los goles del PRI en la jornada electoral. ¿Así quiere AMLO un árbitro a su favor en el INE?. ¿Así quiere el Presidente de México controlar al árbitro y darle órdenes de cara al proceso electoral del 2024?.
No podemos permitirlo. Necesitamos un árbitro independiente y fuerte que evite la intromisión de la FIFA o del Palacio Nacional. Llámese César Arturo Ramos o Lorenzo Córdova, requerimos un árbitro que haga caso al VAR y que respete las reglas del juego, así como fueron diseñadas desde 1996 para evitar los fraudes.
AMLO: no puedes cambiar al árbitro.
México no es la FIFA.