Cadena perpetua para uno de los tres asesinos de Fátima
La niña de 7 años fue torturada, violada y enterrada el 5 de febrero de 2015 . "Fue una guerrera. No murió hasta que le arrojaron tres piedras de 30 kilos", contó desgarrada su madre tras el crimen
Uno de los tres presuntos implicados en el feminicidio de la niña Fátima Quintana, asesinada en 2015 cuando tenía 7 años, ha sido condenado a cadena perpetua. José Juan ha sido condenado por feminicidio agravado de una menor. Un juez determinó que fue coautor del asesinato.
El caso ha sido juzgado con perspectiva de género. Por ello, el tribunal ha condenado el acusado a cadena perpetua, dada la condición de menor de la víctima. No obstante, la sentencia puede ser modificada o revocada una vez se analicen los posibles recursos.
La menor caminaba rumbo a casa cuando fue interceptada, raptada y asesinada el 5 de febrero de 2015. Posteriormente fue sometida a abusos sexuales y recibió varios golpes.
Sus atacantes ocultaron el cadáver, lo enterraron y lo cubrieron con hojarascas y una llanta. Además de José Juan, otras dos personas también han sido condenadas: Luis Ángel a 73 años y 4 meses de prisión y José Misael a 5 años de internamiento en un centro para jóvenes.
A 100 metros de su casa
El 5 de febrero de 2015, tres jóvenes, uno de ellos menor de edad, arrastraron a su hija al bosque cuando su madre la estaba esperando para comer. Estaba solo a unas cuadras de su casa, a escasos 100 metros.
“Fue violada bestialmente, la apuñalaron más de noventa veces, le abrieron el pecho más de 30 centímetros, le cercenaron la entrepierna, le rompieron sus tobillos, fracturaron sus manos. Y mi hija fue una guerrera, luchó hasta el final, aún con todo eso no murió hasta que le arrojaron tres piedras de más de 30 kilos cada una, que fue lo que terminó con su vida”, contaba desgarrada su madre Lorena Gutiérrez tras el horrible crimen.
Cuando Lorena se percató de que su hija no había llegado a casa, corrió a buscarla. Y la encontró, semienterrada en la parte de atrás de la casa. Allí también estaban sus salvajes asesinos. Uno de ellos pagará con cadena perpetua por la tortura, violación y asesinato de Fátima Quintana.
La familia cierra por fin una pesadilla de seis años. Ya no viven en Lupita Casas Viejas, comunidad del Estado de México, en la que se produjo el crimen de Fátima. Uno de los más atroces cometidos en una entidad que ya es la más violenta para las mujeres. Y, como la mayoría, permanecía impune hasta este martes.