Abusos sexuales: Benedicto XVI pide perdón por su «despiste»
"Solo puedo expresar mi profunda vergüenza, gran dolor y sincera petición de perdón", afirma el Papa Emérito en una carta difundida por su secretario Georg Gänswein
Benedicto XVI ha vuelto a pedir perdón a todas las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia y ha lamentado que su «despiste» al negar su asistencia a una reunión en 1980 cuando era Arzobispo de Múnich para decidir sobre un sacerdote acusado de abusos a menores haya dado pie a llamarlo «mentiroso».
«Una vez más solo puedo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón. He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia Católica», ha asegurado el Papa Emérito en una carta difundida por su secretario Georg Gänswein.
«Me ha profundamente impactado que el despiste haya sido utilizado para dudar de mi sinceridad e incluso para presentarme como un mentiroso», afirma. «Este error, que por desgracia se ha verificado, no ha sido cometido intencionadamente y espero que pueda ser excusado», subraya Benedicto XVI.
El Papa Emérito ha señalado el «gran dolor» que le han provocado «los abusos y errores ocurridos» mientras que él estaba al frente de las distintas instituciones eclesiales que ha presidido durante sus cinco años como Arzobispo de Múnich, 23 como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y casi 8 como Papa.
«Cada caso de abuso sexual es terrible e irreparable. A las víctimas abusadas sexualmente va mi profunda compasión; lamento todos y cada uno de los casos», añadió.
Al final de la carta asegura: «Pronto me enfrentaré al juez definitivo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo al mirar hacia atrás en mi larga vida, me alegro, sin embargo, porque creo firmemente que el Señor no solo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya ha sufrido él mismo mis defectos y es, por tanto, como juez, también mi abogado (Paráclito)«.
Durante el Pontificado de Benedicto XVI, el Vaticano reconoció 4,000 casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos. El Papa Emérito pidió entonces una profunda renovación de la Iglesia, recordando que «la ayuda de curación a las víctimas debe ser la preocupación principal de la comunidad cristiana, y debe ir de la mano de una profunda renovación de la Iglesia a todos los niveles».