Ashli Babbitt: la mujer de 35 años que murió en el Capitolio
Fue una de las cuatro víctimas mortales. Era una veterana de la Fuerza Aérea y fiel seguidora de Trump. Recibió un balazo en el cuello
Su nombre recorre ya las redacciones de medio mundo. Es la cara de la tragedia del asalto al Capitolio. Murieron 4 personas. Una de ellas era Ashli Babbitt. Tenía 35 años. Este miércoles recibió un tiro en el cuello por parte de las fuerzas de seguridad en el interior de la sede legislativa.
Una veterana de la Fuerza Aérea estadounidense y residente de San Diego. Babbitt era una firme partidaria de Trump, según explicó su marido a una cadena de televisión. Fue declarada muerta en un hospital de la zona.
Un video captó la muerte de Ashli Babbitt
A través de un vídeo publicado en las redes sociales se puede ver a la turba de manifestantes dentro del Capitolio cuando se escucha un tiro y una mujer, con una pancarta en apoyo a Trump, cae al suelo, para después ser trasladada en una ambulancia.
Otras tres personas murieron en el asalto al Capitolio por emergencias médicas, aunque no se ha especificado si las víctimas estaban involucradas de alguna manera en la insurrección.
Un hombre de 24 años está herido crítico después de precipitarse al vacío en los aledaños del Capitolio, según fuentes citadas por la cadena CNN. Además, la Policía Metropolitana arrestó a más de 52 personas en las inmediaciones del Capitolio.
Las fuerzas de seguridad se han incautado de varias armas y hay 14 agentes heridos, dos de ellos en estado grave. En este sentido, cuatro personas han sido detenidas por llevar pistolas sin licencia.
La Guardia Nacional toma las calles
La Guardia Nacional se ha movilizado para tratar de contener estas protestas. El Departamento de Defensa ha confirmado este despliegue «para brindar apoyo a las fuerzas de seguridad federales en el Distrito de Columbia» y que el secretario en funciones, Christopher Miller, está en contacto con los líderes del Congreso.
Por su parte, la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, ha emitido una orden para extender el estado de emergencia pública, y con ello el toque de queda en la capital, durante 15 días más, coincidiendo con la investidura del presidente electo, Joe Biden, el próximo 20 de enero.