Andrés Manuel: el candidato de los enojados
La gente está enojada. Un hombre con gorra de beisbolista grita furioso: “¡Quítale la pensión a Fox!”. Y Andrés Manuel anuncia que le quitará la pensión de cinco millones a Carlos Salinas de Gortari, a Ernesto Zedillo, a Felipe Calderón y a Vicente Fox.
Todos celebran en la plaza principal de León, donde se lleva a cabo el mitin de Morena. El pasado sábado se reunieron más de cinco mil personas para escuchar el discurso de Andrés Manuel López Obrador, el candidato de Morena a la Presidencia de la República. Una señora por allá grita: “¡Mete a la cárcel a Peña Nieto!”.
La gente está harta.
Todos aquí han venido a gritar contra los de arriba.
El discurso es contra los de arriba.
AMLO sabe cómo sacarles el enojo. “Vamos a bajar los sueldos a los de arriba y vamos a aumentar a los de abajo”, dice Andrés Manuel y la gente festeja con gritos y aplausos.
La gente está harta. Todos aquí han venido a gritar contra los de arriba. El discurso es contra los de arriba. Y AMLO sabe cómo sacarles el enojo
Entonces AMLO habla de los huachicoleros de arriba. Hay huachicoleros que roban de los tubos de Pemex, pero hay otros que roban arriba. “Se van a terminar los huachicoleros de arriba”. Andrés Manuel afirma que los magistrados ganan 400 mil pesos, los consejeros ganan 300 mil pesos, los diputados 500 mil pesos y los senadores 600 mil pesos. «¿Y qué han hecho los magistrados?», pregunta AMLO.
“¡Naadaaa!”, contesta el pueblo.
Una anciana se levanta y grita: “¡Fuera parásitos!”. Y sigue Andrés Manuel. Ahora plantea que el avión presidencial costó siete mil millones de pesos. Y que el Gobierno tiene 54 jets y 118 helicópteros, y que los usan para ir a jugar golf.
“Hijos de su pu… madre”, grita un muchacho.
La plaza principal de León no está llena. Hay cinco mil o tal vez seis mil personas, pero hay muchos espacios vacíos. Nada qué ver con el lleno de Maquío en el 88 o con el de Vicente Fox en el 2000. Solo que hay una diferencia notoria esta vez. Con Manuel Clouthier había espíritu de rebeldía, con Fox había espíritu de cambio, pero con Andrés Manuel hay espíritu de venganza, de irritación, de hartazgo.
“¡A la chingada!”, grita un señor canoso, cuando hablan del Gobierno Federal.
«¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!», gritan todos.
La gente está molesta. Se les nota en el rostro. Hay hartazgo por las transas, la corrupción, el ‘narco’, el derroche… Y AMLO sabe cómo capitalizar ese enojo
La gente está molesta. Se les nota en el rostro. Casi todos los que están aquí están cansados. Hay un hartazgo por la corrupción, por las transas, por el narcotráfico, por el derroche… Y Andrés Manuel capitaliza ese enojo. Andrés Manuel denuncia a la mafia del poder, a los poderosos que nos tienen en la pobreza, a los de arriba.
‘El Peje’ entonces anuncia que no va a vivir en Los Pinos. Ese edificio se va a integrar al Parque de Chapultepec y va a ser un espacio para todos los mexicanos. “¡Viva!”, gritan.
Casi al final, el candidato habla de la concesión de la autopista Silao-León, que se otorgó sin licitación pública, y afirma que se acabará la corrupción.
Una señora por ahí grita: “¡Fuera corrupción en Guanajuato!”.
«¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!», grita la gente.
El pueblo está enojado.
Esta campaña está sustentada en eso: en el enojo. No hay banderas, no hay camiones, no hay anuncios espectaculares, no hay gallardetes en los postes, no hay derroche de dinero, no hay tortas y refrescos. Lo que hay es un discurso de denuncia, bien estructurado y planeado, que conecta a la perfección con el hartazgo del pueblo mexicano y que hace gritar a la gente: «¡Mételos a la cárcel!». «¡Quítales la pensión!».
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